Harper_s_Bazaar_Mexico_-_03_2019

(Marcos Rangel8XvY7R) #1

TRADUCCIÓN: ITZCÓATL YEDRA HERNÁNDEZ.


Escribí esta columna a las 2am, el momento más ajetreado de mi mente,
porque como una de cada cuatro, soy miembro del Club de Búhos
Nocturnos; y como tal, me diagnosticaron con insomnia. Eso fue hace
dos años y he usado la pastilla para dormir Zopiclona desde entonces.
Hay ocasiones en que poner una etiqueta a un problema médico
puede ser casi reconfortante, pero no es el caso. La valoración
me envió a un estado de preocupación en desvelo, ya que hacía
esfuerzos incansables por dormir. El paquete de pastillas parecía
dejar de funcionar en cuanto comenzaba a tomarlas en dosis altas.
Hace un año recurrí a psicólogos en busca de la ayuda que seguía
necesitando. Usando una mezcla de CBT y terapia conversacional,
me enseñaron a dejar de angustiarme. Mi primera cita fue con el
Kevin Morgan de la Unidad de Investigación Clínica del Sueño,
en la Universidad Loughborough, quien me advirtió: “Convertir
al sueño en una meta de vida es desastroso y contraproductivo para
sentirte descansada”. En vez de eso recomendó que pusiera todas
mis energías en “mi higiene del sueño” -un término bastante extra-
ño usado para describir las mejores prácticas saludables del sueño. El
lugar obvio para comenzar esto es en la habitación. Los científicos
hablan del “control de estímulos”, el fenómeno psicológico donde
el ambiente en sí comienza a dictar nuestro comportamiento. Si
comenzamos a comer, trabajar o mirar películas
entre las sábanas, el lugar que debería ser nuestro
espacio para dormir se convierte en una cocina,
una oficina y nuestra sala. “No estás reforzando
la conexión entre la cama y el lugar donde des-
cansas”, explica el psicólogo Dr. Mark Winwood.
Por lo tanto, mi recámara ahora está adornada
con velas nocturnas que liberan aceites con esencias
donde antes se encontraba mi laptop. Y mi novio
ha hecho una intervención con mi celular -mismo
que apago ahora después de las 9pm, junto con to-
das las luces brillantes en casa, que estimulaban la
liberación de adrenalina y cortisol, inhibiendo la hormona natural del
sueño: la melatonina. Todo esto tiene una razón científica.
Los baños calientes también han demostrado ser una buena
manera de reducir mis pensamientos y mi ritmo cardiaco, justo lo
que debe ocurrir antes de ir a la cama. La disminución gentil en la
temperatura después de bañarte activa la aminoración natural en el
calor humano que experimentamos previo a dormir.
No renunciaré a mi receta de pastillas prescritas -las tendré por
cualquier emergencia, porque como el profesor Morgan señala:
“Hay momentos en que rociar esencia de lavanda en las sábanas o
apagar el celular es como pedirle a alguien que sufre de depresión
que ‘simplemente sea feliz’”. Sin embargo, ha habido una verdadera
tranquilidad en mi rutina con estas prácticas. En las sabias palabras del
profesor Morgan: “La regularidad es el guardián del sueño frágil”.

Durante los fines de semana mis hijas adolescentes suelen dormir
hasta el mediodía. Nunca las despierto; me sigue sorprendiendo su
gran habilidad para hacerlo. Durante los últimos 10 años, rara vez
he conseguido dormir más de cuatro horas continuas sin que me
dé calor o frío; necesitar ir al baño o por un vaso de agua, o me
levanto con el corazón acelerado por una pesadilla relacionada con
mi trabajo. En mi desesperación recurrí a las medicinas: un coctel de
melatonina y un antihistamínico, en cápsulas, me enviaban a los bra-
zos de Morfeo, pero al día siguiente me sentía mareada y cansada.
Todo cambió el verano pasado, cuando una zorra y tres de sus
crías anidaron en el techo de mi casa, y mis noches se volvieron
insoportables con sus chillidos, su pestilencia y sus repetidos in-
tentos por escarbar en un lugar imposible. Los tapones para oídos
y un ventilador a toda potencia no hicieron mucho por enmas-
carar su ruido; pero cuando llegó el otoño, mi esposo se rehusó a
morir de frío. En desesperación recurrí al LectroFan EVO. Esta
caja blanca emite una variedad de señales, vibraciones e inten-
sidades. Puedes elegir entre distintos tipos de sonidos blancos,
rosas o cafés (los últimos dos se enfocan en frecuencias bajas) y
varios efectos de ventilador desde “oscilante” hasta “industrial”.
Seleccioné un programa de sonidos “champagne” agudos para que
sonara como si las olas se estuvieran rompiendo
en las rocas, y subí el volumen al máximo.
Con el fin de mejorar el resultado, cambié
mis almohadas de plumas por unas de Casper
rellenas con fibras recubiertas, éstas le brinda-
ron apoyo a mi cabeza y cuello como si estu-
viera flotando en un océano de tranquilidad.
En cuestión de segundos, había caído en un
sueño tan profundo que ni los zorros, ni los
ronquidos de mi esposo y ni siquiera mi alar-
ma interrumpieron mi reposo.
Cuando desperté a las 8am, mi emoción prin-
cipal, sin contar la grata sorpresa, fue el enojo de haberme tomado
tantos años en descubrir una solución tan sencilla. Actualmente no
puedo pasar una noche sin mis almohadas, mis dosis de champagne
y el ruido de las olas para terminar en un sueño verdaderamente
profundo y reparador.

La filósofa: Justine Picardie


Desde mi infancia, he tenido episodios periódicos de falta de
sueño desencadenados por la ansiedad. ¿Había un monstruo debajo
de mi cama? ¿Un fantasma podía subir por las escaleras y exter-
minarme? Y así pasaron muchos años. La edad, la experiencia (y
un gran terapeuta) me ayudaron a evitar añadir estreses comunes y
corrientes de la vida preocupándome si estaba obteniendo las horas
suficientes de sueño. Actualmente si no puedo dormir, me consuelo
con el hecho de que estoy descansando en mi cama.
Estar despierta por los ronquidos de mi adorado esposo es de-
sesperante, aunque su consuelo por la mañana me ayuda a dormir
por las noches. Es un enigma que aún no he solucionado, aunque
recomiendo el uso de tapones para los oídos, suplementos (Cherry
Night de Viridian es muy útil) y una perspectiva más filosófica. O
erróneamente citando a Hamlet, “soñar tal vez para dormir”. Q

La insomne: Katy Young


LO QUE NOS FUNCIONA

El gadget
LectroFan EVO,
en http://www.
soundofsleep.co.uk

El suplemento
Viridian Cherry
Night, en http://www.
victoria health.
com

La almohada
The Casper
Pillow, en http://www.
casper.com/uk

La lectura
Why We Sleep:
The New Science
of Sleep and
Dreams de
Matthew Walker

“ES NECESARIO


ENFOCARSE EN


MEJORAR LA


HIGIENE DEL


SUEÑO”


El sueño ligero: Lydia Slater

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