E
ntro en conciencia cubierta por una pila de nieve,
habiéndome alejado de alguna manera del estrecho
camino que serpentea de forma pintoresca alrededor
del lago Altaussee y termino sumergida en varios cen-
tímetros de polvo blanco y cristalino. El aire es frío
y crujiente, los pinos están cubiertos de hielo y estoy
atorada en un hoyo con partículas cayéndome encima. Y además,
tengo mucha hambre. Podría morir aquí, pienso. ¿La búsqueda por
un cuerpo más delgado realmente vale la pena?
Debemos explicar algo: estoy en Vivamayr, Austria, tal vez el cen-
tro líder mundial para la desintoxicación, donde el énfasis es una
limpieza estricta del sistema digestivo y la reeducación de los hábitos
alimenticios. Lo que esto implica en práctica es una dieta basada en
pan deshidratado y té herbal, un sinfín de masticadas -40 veces por
bocado- y los desafortunados efectos de tomar, lo que son eufemísti-
camente llamados, pasajes de sa-
les antes del desayuno (eso sólo
aplica si te permiten desayunar).
También ejercicio ligero. Por
dichas razones estoy famélica
tratando de caminar varios kiló-
metros en la mitad del invierno.
Es más un acto de autoflagela-
ción que un viaje a un spa.
Pero vaya que funciona. Aque-
llas que poseen una disposición
sensitiva, tal vez les recomendaría
que dejaran de leer. Para el resto,
Vivamayr, que consiste de dos spas
médicos en Austria, con clínicas en
Londres y Viena, sigue el método Mayr, un tratamiento pionero de 1930
por el longevo e innovador Dr. Mayr, quien creía que el secreto para
una vida plena y saludable era una digestión plena y saludable. Las bases
son simples: comer despacio, de manera consciente y de acuerdo con la
temporada; sensatamente consumiendo tres comidas al día creadas con
ingredientes locales y frescos; beber mucha agua y mantenerse activa. Y
resulta que también pasar un buen tiempo en el baño. Fue radical en su
momento, este enfoque de relación entre dieta y enfermedad, pero ahora
sabemos las virtudes de una buena flora intestinal -y su importancia para
tu mente y cuerpo-. Mayr se ha convertido en un legado, aunque sigue
siendo subestimado y descartado por la ciencia médica moderna.
Es un lugar adorable para estar, Vivamayr Altaussee, con sus vistas
gloriosas del lago y las montañas cubiertas de nieve y con un sonido
de fondo de cencerros. Si uno elige ser privado, deprimido y -acep-
témoslo- demente, no hay un sitio más hermoso para hacerlo. La
clínica original Mayr podría ser descrita con un estilo chalet, pero
esta nueva propuesta es sorprendentemente ambientada y chic -aun-
que las meseras en los comedores aún usan faldas acampanadas-. En
el verano es una escena social con nombres notables en el mundo de
la moda, que regresan cada año: la poderosa en relaciones públicas
Karla Otto, el diseñador Alber Elbaz, la editora Caroline Issa, la ma-
quillista Lisa Eldridge, pero cuando se acercan las noches invernales,
de alguna manera se convierte en algo más serio. Dejan de servir
comida a las 6:30 pm. Y las luces se apagan poco tiempo después.
Además de los paisajes, la atracción estelar es el director médico
de la clínica el Dr. Sepp Fegerl, entrenado como un doctor alter-
nativo y convencional, cuyo dinamismo alegre significa que pue-
de estarle dando un masaje
dolorosamente profundo a
tu estómago (es algo común
en Mayr), transmitiendo su
preocupación por tu hígado
y señalando lo absurdo que
es vivir en una ciudad estre-
sante como Londres, pero
con cierta comprensión y
amabilidad. La pérdida de
peso es un efecto secunda-
rio de la aventura para una
mejor salud, en este lugar no
es un simple objetivo. Pero
sus sesiones diarias se con-
vierten en un tipo de terapia
de sanación, lo que implica
que todo converge en ti. Sin
contar la masticación ex-
cesiva, hay algo en verdad
restaurativo respecto a pasar
una semana enfocándote
únicamente en ti -cada mesa
en el comedor tiene un señalamiento con un celular y un dispositivo
Kindle con una gruesa línea roja atravesada, indicando que las distraccio-
nes externas están prohibidas-, aunque en las habitaciones hay televisores
y Wi-Fi, se te suplica aislarte del mundo en lo que te hallas a ti mismo.
Así que a pesar de los tres kilos que perdí en cinco días, el resto de los
factores es lo que te hará regresar a Vivamayr Altaussee: el espacio para
desintoxicarte y desestresarte, dejar todo atrás para encontrar una nueva
energía y una mentalidad que esté tan despejada como tu cuerpo. Aun-
que tal vez, para la próxima, lo haré sin tantas caminatas por la nieve.
Vivamayr Altaussee (www.vivamayr.com); desde 312.92 usd por no-
che en habitación, todos los tratamientos son diseñados de manera
personalizada y dependiendo de cada individuo. Q FOTOGRAFÍAS: ALAMY. MICHAEL KOENIGSHOFER.