El Mundo - 08.08.2019

(Dana P.) #1

D E V E R A N O


EL MUNDO. JUEVES 8
C I N E AGOSTO DE 2019 HOJA Nº^21


La hipersexualización de la
adolescencia es algo que
preocupa incluso a alguien
tan joven como Bàrbara
Farré. Esta directora de
cine nació hace apenas 25
años en Barcelona y en el
último año ha contribuido
decisivamente a la imagen
de tres jóvenes iconos de la
nueva música española,
Rosalía, Amaia y Bad Gyal,
con las que ha rodado los
vídeos F*cking money
man, El relámpago e
Internationally,
respectivamente.
Remotos y caducos para
siempre quedan los tiempos


en los que la distancia entre
las primeras fantasías
sexuales y su aplicación
práctica se vivía como una
larga, acaso larguísima,
travesía del desierto,
dominada por el anhelo y la
frustración. Ahora mismo
las púberes pierden la
virginidad a los 13 años. Y
nos referimos a ellas,
porque de ellas va La última
virgen, el primer corto de
ficción de Bàrbara Farré,
con el que se graduó en la
ESCAC, la escuela de
realizadoras como Mar Coll,
una de sus profesoras
favoritas. Un pequeño gran

Bàrbara Farré. Ha dirigido un corto


multipremiado sobre sexo adolescente y


vídeos musicales con millones de


visualizaciones. Las marcas se la rifan, pero


esta barcelonesa de 25 años sólo quiere


tiempo para escribir su primera película


ROSALÍA, AMAIA,


BAD GYAL Y


EL SEXO A LOS


13 AÑOS


POR PHILIPP
ENGEL BARCELONA


éxito de 17 minutos
multipremiado, del Festival
de Málaga a los pasados
premios Gaudí, que puede
verse en Filmin.
Sara (Laia Cuadrado), la
protagonista del corto, se
siente obligada a perder la
virginidad, para no ser
menos en su grupo de
amigas, cuatro mini
rosalías, que andan solas
por la noche del extrarradio
barcelonés, como si sus
padres no hubiesen visto
todavía el documental de
Alcàsser. «Se quedan a
dormir en casa de una de
esas familias que no les
prestan atención, y por eso
van a su aire», aclara Farré.
«Pero, sobre todo, quería
mostrar cómo es la
adolescencia en la era de
internet. Hablé con muchas
chicas de entre 13 y 15 años
y vi que ahora todo sucede
muy pronto. Es algo muy
real, pero de lo que apenas
se habla, y ellas mismas me
lo agradecieron. Laia estaba
muy orgullosa de poder
decir, a través del corto, que
porque tus amigas se hayan
iniciado en el sexo, tú no
tienes por qué hacerlo. Para
ella era algo muy
necesario».
El mundo ya puede girar
cada vez más rápido, pero
13 años quizá sea un poco
demasiado pronto. En La
última virgen, Laia se pone
un tutorial de cómo hacer
una felación, y da la

sensación de que ha saltado
de Frozen a ese otro reino
de fantasía que es el porno
en un par de clics. «Sí, pero
con el reguetón ya no hace
falta mirar porno», dice
Farré. «Las
adolescentes están
rodeadas de sexo
en la publi y en los
clips, que se
consumen un
montón. Tienen
referentes como
La Zowi, que no es
nada recatada.
Pensé que, si fuera
madre, hay
muchas letras que
no me gustaría
que mis hijos
escucharan a los
10 años».
No se trata, por
supuesto, de
culpar a la muy
sexualizada
música urbana,
que ha colocado el
extrarradio en el
centro de todo, ni
tampoco de
demonizar nuestra
conexión con
internet. «Sólo
quise exponer una
situación de la
manera más
realista posible y que cada
cual sacara lo que quisiera»,
señala la cineasta, que ha
vivido muy de cerca la
explosión de la música
urbana: la pulposa Bad Gyal
prestó un par de temas a la

banda sonora de La última
virgen antes de convertirse
en la diva de Internationally,
cuyo vídeo también firmó
Farré, antes de lanzar el
poderoso anuncio del
último Primavera Sound,
tan comentado.
Pero, si alguien ha
marcado la trayectoria de
Farré es Rosalía, a quien
considera como un
referente muy positivo:
«Ha llegado a donde está
ahora por su trabajo, por su
entrega y su tesón. La
conocimos a través de
Instagram, cuando todavía
no era tan famosa. Nos
pareció que cantaba súper
bien y que tenía un carisma
muy especial. Enseguida
quedamos con ella, confió
en nosotros y fuimos
encadenando proyectos».
Primero documentando su
trayectoria, del disco Los
Ángeles a esta parte, y
finalmente dirigiendo el
clip F*cking money man,
que ya lleva más de 16
millones de visualizaciones
en YouTube. «Se hizo en
apenas una semana.
Rosalía y su hermana Pili
tenían muy claro lo que
querían contar y cómo
transmitirlo. Se trataba de
mostrar las dos caras del
dinero, que ya venían
dadas por las dos
canciones que componen
el clip». Esperaban
polémica. «Por la primera
canción, que es en catalán,
porque siempre la están
acusando de apropiarse de
todo...». Y llegó
por el uso de la
palabra
cumpleanys, que
los talibanes de la
llengua no
encontraban en el
diccionario
Pompeu Fabra:
«La gente es muy
quisquillosa. Yo
soy
catalanoparlante
y no conozco a
nadie que diga
aniversari. En
Barcelona
hablamos así».
Como canta
Rosalía, «Dios nos
libre del dinero»,
pero «teniendo,
teniendo,
teniéndolo».
Bàrbara Farré
está en esa misma
disyuntiva. Ha
rodado anuncios
para marcas
como Zara o
Levi’s y el
teléfono no deja
de sonar en estos tres años
de locura, pero lo que de
verdad le gustaría es poder
dar forma a todas las notas
que algún día se
convertirán en su primer
largometraje.

De arriba abajo,
fotogramas de los
vídeos musicales
‘El relámpago’ (Amaia),
‘Internationally’ (Bad
Gyal) y ‘F*cking money
man’ (Rosalía).

Bàrbara Farré, ayer en
Barcelona, es autora de
‘La última virgen’, corto
reconocido en el Festival
de Málaga y en los
Premios Gaudí. J. LUENGO
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