El Mundo - 08.08.2019

(Dana P.) #1

EL MUNDO. JUEVES 8 DE AGOSTO DE 2019
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TOROS


ZABALA DE LA SERNA MADRID
Cuando la temporada taurina encara agos-
to, los toreros afrontan la campaña de Sep-
tentrión. Y el Norte reivindica entonces que
también existe. Y no en situaciones precisa-
mente favorables. Las tempestades políticas
del País Vasco ya sumieron a San Sebastián
en la oscuridad entre 2012 y 2015 con el ha-
chazo (y la serpiente) de Bildu/HB que dejó
la Semana Grande colgada de sus fuegos


artificiales. Siempre acecha la amenaza del
lobo bildutarra. Nunca cesa. Como las Ma-
reas podemitas en la Galicia caníbal contra
el último bastión de la tauromaquia galega:
Pontevedra resiste aferrada a su Peregrina
taurina. Nada nuevo en lontananza. Por Gi-
jón los vientos electorales han virado la ve-
leta del signo político y el PSOE ahora rige
la ciudad. Y transige, de momento, pública-
mente –en privado es otra historia– con la

siempre fiel plaza del Bibio y su luminosa
Feria de Begoña.
Todas las figuras del toreo desfilarán por
los ruedos norteños. Que ya sienten la ausen-
cia de Roca Rey, el astro lesionado. Caído en
desgracia el revolucionario taquillero, Pablo
Aguado ha quedado como el revulsivo más
atractivo entre las jerifaltes consolidados por
décadas en la cúpula del escalafón: Enrique
Ponce –que vuelve este inminente sábado en

El Puerto–, Morante de la Puebla, El Juli, Jo-
sé María Manzanares... Suman todas las fuer-
zas para consolidar la tauromaquia en am-
bientes absurdamente hostiles. Cuando no hay
una sola ciudad que no vea beneficiada su eco-
nomía con el millonario impacto de una feria
brava. Que pregunten por Santander, año tras
año en constante crecimiento.
Ya viene el Norte entre luces y nubes, soles
y sombras.

La campaña de Septentrión



TEMPORADA. Las ferias del Norte reivindican que allí el toreo existe y resiste en situaciones políticas tempestuosas


ZABALA DE LA SERNA
Todavía se oye el eco de lo Pablo
Aguado en Huelva. Como una répli-
ca lejana del terremoto de Sevilla,
del temblor de Madrid. «Pablo lo
acompasó [al toro] a su cintura por
redondos, muy natural y muy sere-
no, sin perder nunca la armonía, co-
mo si la brisa de la Umbría meciera
suave a un junco», describía a pulso
Acevedo en sus Cuadernos de Tau-
romaquia.
Al arte de Aguado se le espera en
San Sebastián. Como en toda Espa-
ña. Es la perla del toreo. Que ya ha
pasado por La Concha con su paso
leve, con su gesto grave: «Son pala-
bras mayores. Tiene una categoría
máxima. Aunque suene tópico, es
una ilusión muy grande porque es
una de esas ferias con las que uno
sueña. Y encima con el privilegio de
verme rodeado de máximas figuras».
Entre ellas asoma su nombre, el 15
de agosto, la fecha más bella y carga-
da del verano: Pablo Hermoso de
Mendoza y El Juli arropan su debut
en la resucitada Illumbe. Que tam-


bién siente la ausencia de Roca Rey,
pero navega con dignidad de esfinge
en esta nueva vida. Pudo estar José
Tomás, pero al final no pudo ser. O
no quisieron que fuera.
Ferrera, Manzanares, Urdiales,
Paco Ureña, Cayetano [elegido como
suplente y torniquete universal con-

tra la hemorragia en taquilla del
Cóndor del Perú] o Ginés acartelan
sus nombres haciendo melé.
Bildu/HB clausuró la actividad tau-
rina entre 2012 y 2015, cuando los
toros volvieron a su ser en Donosti.
Hasta el hachazo, la tauromaquia ha-
bía tenido un impacto en la ciudad

de 117 millones de euros desde que
el sueño de Illumbe se hiciese reali-
dad en 1998. La última plaza de San
Sebastián de las 14 habidas en la ciu-
dad donostiarra durante cinco siglos
de arraigada tradición taurina en el
País Vasco.
Como coso específico y estable, en
el sentido moderno de plaza de to-
ros, se inauguró en 1851 la de San
Martín. Luego vino la plaza de Ato-
cha que Largatijo y Frascuelo estre-
naron en 1870 y la Guerra Carlista
devoró. Y así hasta alcanzar el míti-
co Chofre en el barrio del Gros en


  1. Que duró en pie hasta 1973,
    año en el que la especulación inmo-
    biliaria taló no sólo una afición, sino
    generaciones enteras. Una orfandad
    taurina que duró 25 años.
    El sueño del gran Manolo Chope-
    ra cobró forma y sigue vivo. La di-
    nastía, en alianza con el grupo de Al-
    berto Baillères, hace de Peine de los
    Vientos contra las tempestades polí-
    ticas. Cuando se reinaugró en 2015,
    Pablo Chopera reivindicó su lucha si-
    lenciosa por volver.
    Al fondo de agosto se atisba Bil-
    bao, el Alpe D’huez taurino del Nor-
    te. Donde ayer los Chopera-Baillères
    presentaron su oferta como únicos
    candidatos para dirigir su destino.
    Pero eso es otra historia, otro capítu-
    lo, palabras mayores.


GONZALO I. BIENVENIDA
Al ser el último bastión de la tauro-
maquia en Galicia podría ser el testi-
monio de una muerte lenta. Pero
Pontevedra no es así. Resiste con sa-
lud en un año en el que la Casa Lo-
zano ha creado una Grada Joven
que agotó sus abonos para menos de
25 años (más de 300) y que acoge un
repunte en las 40 peñas con la incor-
poración de cuatro juveniles. Sólo un
reflejo de la buena marcha de las ta-
quillas en la presente edición. El aco-
so animalista de las Mareas encuen-
tra un dique infranqueable en Ponte-
vedra. Su alcalde, Miguel Anxo
Fernández, no se mete en la cuestión


taurina pese a pertenecer al Bloque
Nacionalista Galego. Eduardo Loza-
no, propietario y gestor del coso de
San Roque, explica el motivo: «Sabe
la importancia económica que supo-
ne para Pontevedra la feria y el peso
que tienen las peñas. Hay mucha afi-
ción, esa es la mejor defensa».
El colectivo animalista no se con-
forma y exige la prohibición. Juan
Riveiro, presidente de la coordina-
ción de Peñas, asegura que el mun-
do del toro también está haciendo su
lobby. Y que se mueve durante todo
el año programando actividades tau-
rinas, logrando entrevistas en los
medios locales y alimentando la afi-

ción de los más jóvenes: «Le pedi-
mos a la empresa un festejo pensan-
do en la gente joven, se organizó una
becerrada con alumnos de la Escue-
la de Albacete y fue un exitazo».
Dos corridas se han programado
para este fin de semana, una menos
que en 2018: «La crisis económica
afectó con mucha fuerza en Galicia,

así no se le carga tanto al abonado.
En cuanto veamos recuperación y
demanda verdadera volveremos a
programar tres corridas de toros»,
dice Lozano. Morante, El Juli, Man-
zanares, Pablo Aguado y el cóctel de
Ventura y El Fandi afianzan el dique
de La Peregrina 2019: economía y ju-
ventud.

El fiel


feudo astur


del toreo


GIJÓN/ BEGOÑA


Economía y juventud,


dique de esperanza


La perla en La Concha


Aguado posa frente al Peine del Viento en San Sebastián. ESTEFANÍA GARCÍA


Las taurinas peñas pontevedresas, en la plaza de San Roque. EL MUNDO


PONTEVEDRA / LA PEREGRINA


SAN SEBASTIÁN / SEMANA GRANDE


MARÍA VALLEJO
A escasos dos kilómetros de la
playa de San Lorenzo se alza la
plaza de toros de El Bibio. La
estampa, inusitadamente neo-
mudéjar, es recuerdo perenne
de la explosión taurómaca que,
seis días al año, invade la capi-
tal astur.
«Gijón es la princesa del Nor-
te», dice Carlos Zuñiga en una
mirada a su pluscuamperfecta
Feria de Begoña. Que se cele-
brará entre los días 13 y 18 de
agosto bajo un lema, Pasión por
lo auténtico, que va más allá de
la prosopopeya: «La autentici-
dad de un empresario reside en
la presencia de las figuras en
continuo encuentro con los va-
lores emergentes y en la varie-
dad de encastes». Las tres notas
se hayan presentes en el ciclo
de Zuñiga. En cuya primera co-
rrida se dan cita con los cárde-
nos de La Quinta tres de las ca-
ras más jóvenes del escalafón:
David Galván, Juan Ortega y
Álvaro Lorenzo son «una pues-
ta personal» del empresario.
Después, pasará por El Bibio
las figuras en tromba y nom-
bres destacados de la tempora-
da. Ferrera y Ureña, con su vito-
la de grandes triunfadores de
Madrid, El Juli, Ponce, Manza-
nares... Y la gran revelación del
año taurino: Pablo Aguado. En
duelo nuevamente con Morante
tras las apoteosis de Sevilla y
Huelva.
Sin embargo, ni la atinada
cartelería ni las grandes colas
de aficionados, arremolinados
en torno al coso los primeros dí-
as de venta de entradas, pare-
cen mitigar del todo la ausencia
de Roca Rey, indiscutible acica-
te de las taquillas. «Gijón tiene
un público muy fiel y las figuras
del toreo lo son por algo, pero
sin el revulsivo de Roca Rey nos
hemos quedado un poco huér-
fanos».
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