RELATOS DE PAPANTLA I

(Lucía Laura Muñoz Corona) #1

los velorios se alquilaban lámparas de gas, eran de Don Generoso Luna
y su esposa Sra. Vita, ellos tenían un molino de nixtamal. Don Apolinar
Velazco que vivía frente a la Escuela Francisco Trejo, tenía hortalizas y
las regaba con regadera de mano.


Así transcurrió el tiempo en Papantla creció y yo con ella, en esos tiempos
no había carreteras, la primera se construyó en 1942, solo había callejuelas
y veredas para acortar distancias, algunas calles céntricas estaban
empedradas pero en las orillas o fuera de lo que es el centro de la ciudad
se hacía mucho lodo cuando llovía, los transeúntes buscábamos la orilla
del camino donde hubiera hierba para caminar y no enlodarse tanto.


En los tiempos de mi niñez y adolescencia los niños y jóvenes (varones
y mujeres) eran buscados para asistir la escuela, solo varones, incluso la
autoridad intervenía para obligar a los padres a que mandaran a los jóvenes
a la Escuela. Existía mucho analfabetismo solo existía la escuela Cantonal,
después Melchor Ocampo, y últimamente Donato Márquez Azuara de
niños, la Escuela de niñas se llamaba Rafaela López Aguado que hoy es la
Escuela Lázaro Cárdenas. Las niñas no estudiaban ya que las preparaban
para hacer ama de casa, les enseñándolas a cocinar, a lavar, planchar.


En los tiempos de la juventud, de 25 años no se consideraban mayores de
edad porque el límite eran 25 años para hacer mayor de edad, después se
modifi có a los 18 años para que fuera mayores de edad. Cuando había riñas
o pleitos callejeros o simplemente cometía algún delito si no era grave la
sanción, al otro día ponían al que había delinquido a barrer el parque y
sus alrededores y como eran pocas familias y se conocían entre sí ya que
Papantla era pequeña, ¡imagínese! qué vergüenza, pasaban otros jóvenes,
amigos y familias conocidas, y los veía en pleno día pagando su delito,
claro que si era mayor el delito, ya lo pagaba de acuerdo a la ley. En ese
tiempo no había vandalismo, todas las familias eran muy conocidas, por lo
que la gente se contenía para hablar de ellos, pues que “dirían” los vecinos
que el hijo de tal familia era un delincuente y esto era un escándalo.


Por cuanto hace a las bodas, los padres hacían acuerdos y arreglos con el
(supuesto) novio de la señorita ellos ponían la fecha. Llegado el tiempo
de la boda aún no conocía su futuro esposo no tenía que rehusarse, tenía

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