Antes de irse Diego, llevó a Teodoro a la Academia de San Carlos en donde lo
inscribió, pero también en ese entonces el Gobernador Don Adolfo Ruíz Cortines
lo apoyó con una beca para estudiar en dicha Academia.
Estudió cinco años en esa escuela, obteniendo las más altas calificaciones
(9.7), vivió en México siete años después de terminar sus estudios, pero cada año
visitaba Papantla. Trabajó con un pintor muy importante y finalmente decidió
regresar a su tierra natal, donde desarrolló sus principales obras.
En 1955 se organizó en Xalapa una exposición, Teodoro presentó muchas
obras y ahí conoció al Sr. Cárdenas y Villegas quien lo animó a seguir su oficio
con más entusiasmo. Conoció y trabajó con la señora Assaleih y con Rodolfo
Bravo Garzón, rector de la Escuela Artes Plásticas. Elaboró el mural de la
Universidad Veracruzana, y del Palacio del Estado y en otros muchos lugares
importantes. Por aquel tiempo se hicieron los murales exteriores de la Ciudad
Universitaria y Teodoro pudo trabajar como ayudante de Diego Rivera en las
decoraciones de piedra en el Estadio. Después ayudó a un condiscípulo en la
decoración mural de una escuela en la colonia Pro-Hogar. Todo ello le despertó el
gusto por la pintura mural.
Cuando regresó a Papantla, el maestro Cano no tenía un taller fijo y sus
alumnos y amigos lo ayudaron a fundar la “Escuela de Artes Plásticas de
Papantla” y fungió como director de ella durante 36 años. Realizó viajes al
extranjero para exponer su obra y actualmente cuenta con más de 80
reconocimientos de diversos lugares y eventos. Entre sus cuadros de caballete
resalta el de “los enamorados”.