CRÓNICA DE UN VIAJE DE HERMANOS
Por los años 1938 la señora Luz Olmedo envió a dos de sus hijos, una niña y un
niño a casa de su hermano Rodolfo Olmedo, éste vivía en Tampico y era dueño
de una peluquería que contaba con dos empleados. La niña tenía 7 años y el niño
- El Sr. Rodolfo era un señor casado pero no tuvo hijos, así, la Sra. Luz concertó
la cita sobre la fecha y hora de llegada de sus hijos, cabe hacer mención que
antes las comunicaciones se hacían por telegrama.
Para poder llegar a Tampico, la niña recuerda que su mamá se los llevó de
Papantla a Poza Rica en un camión de redilas, el camino era una brecha con
grava y tierra, a los lados había mucho monte, después de mucho tiempo llegaron
a Poza Rica, no había luz eléctrica y se alumbraban con mechones encendidos.
Poza Rica aún era montoso y la señora Luz se dirigió a una casa para pedir
posada y en una de ellas se hospedaron, ésta tenía un corredor ancho y la señora
la aceptó con sus dos niños. Sólo llevaban una sábana para taparse y le dijo a la
dueña que al día siguiente partirían a las cinco de la mañana, para dirigirse a un
lugar que se llamaba Santiago de la Peña. Pagó a la señora y dio las gracias por
la noche de hospedaje.
Llegaron a la estación de ferrocarril y los niños por primera vez vieron la
máquina y las vías. La niña recuerda que todo era de fierro muy fuerte. Su mamá
le dijo entonces: “cuando veas que la máquina viene te preparas para subirte y
apartas lugar para tí y tu hermano”. Cuando la máquina detuvo su marcha, la niña
se apresuró a subirse con lo que aparentaba ser una almohada, lo que en realidad
era el equipaje que se le llamaba “argana” ya que tenía ojales y botones.
De ahí llegaron a Santiago de la Peña y posteriormente la señora Luz les
había comprado dos boletos para que viajaran en una lancha que navegaría por el
Río Panuco, hasta llegar a la laguna de Tamiahua. Cerca de la laguna se
encontraba San Jerónimo y ahí el tío Rodolfo, hermano de doña Luz que ya
estaba esperando a los niños. Posteriormente se fueron en un autobús