En ese tiempo eran los años 40, se recuerda que las calles hermoseaban de
galanura por los atuendos blancos y pulcros y caminaba la gente en medio de la
calle, no había banquetas ni carros, sólo toneladas de vainilla en las calles que
perfumaba el paso de las personas. Esta esencia tan fragante conocida como
vainilla, hizo que Papantla se ganará el título de “la Ciudad que perfuma el
mundo”.
Al pasar el tiempo poco a poco estas tradiciones han desaparecido
paulatinamente, casi sin darnos cuenta. También se usaba que el pantalón y la
camisa lo traían los varones en un morral para ir al centro, existía mucho la
discriminación en este tiempo, pues tenían que traerlo para confundirse y que
parecieran “gente de ciudad y de razón”. Uno que otro varón usaba botines, se
decía que eran “revestidos”. Actualmente se escucha en los medios de
comunicación que ya no hay etnias descalzas, pero lamentablemente no es así.
En las danzas de los negritos y moros se observan todavía los pies descalzos y es
muy típico que los voladores calcen siempre botín negro. Las excursiones que se
hacían hacia el Tajín eran promovidas por las escuelas y maestros y niños que
caminaban hasta las pirámides llevando algo para comer y beber.
Hoy en el siglo XXI en el año 2017 todavía existen comunidades en donde
algunas personas no portan zapatos y su ropa es muy humilde, es penoso que a
estas alturas de los tiempos modernos todavía existan estas carencias.
Juventud Totonaca.