Pesoa L. y Ullúa J., “Bordando Tradiciones: Guayacas de cuero y textil en la cultura Gauchesca”, 2017, página 103.
Ibid.
¿Guayacas, chuspas o tabaqueras?
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Las tabaquera forman parte de la indumentaria gauchesca y son uno de los elementos
más llamativos de la cultura del bordado en Cochrane. No solo sirven para guardar el
tabaco y el papel, también son considerados “verdaderos amuletos personalizados”,
que las mujeres bordan como expresión de amor y son portados con orgullo por su
dueño.
Las más antiguas de la zona fueron hechas en cuero de ñandú (choike) –cazado en las
mismas pampas que rodean el Baker–, curtido por las propias creadoras y bordado a
mano con hilos de seda, como se puede ver en algunas piezas incluidas en este libro
que datan de la década del setenta.
Al otro lado de la frontera, han sido documentadas con distintos nombres, como gua-
yacas, chuspas y también como tabaqueras. “Estos objetos, de origen indígena, pero
adoptados y modificados por el gaucho, están presentes en colecciones históricas,
etnográficas y tradicionales existiendo piezas en Argentina de diferentes épocas,
regiones y características”, como por ejemplo las tabaqueras que conserva el Fondo
Nacional de las Artes, provenientes de las provincias de San Luis y La Pampa. En ellas,
se puede apreciar la diversidad de formatos: algunas más alargadas, otras más cortas y
anchas; con diseños de flores o cartas de truco; con cintas para ser enrolladas y otras
sin nada, pero manteniendo los mismos puntos de bordado.
Investigaciones de conservadoras textiles argentinas señalan que “existen ejemplares
de tabaqueras del siglo XIX y principios del siglo XX, realizadas por comunidades indí-
genas de las provincias de Neuquén y Río Negro, donde las superficies se encuentran
decoradas con motivos geométricos, aplicaciones metálicas, cuentas de vidrio, mone-
das de plata y botones para el sistema de cierre, otorgándole una mayor complejidad
y volumen al objeto”.
Esta gran diversidad en la decoración de las tabaqueras estudiadas al otro lado de la
frontera, contrasta con los ejemplares documentados en la región de Aysén, donde las
puntadas del bordado son las que acaparan el protagonismo del diseño. La única
colección oficial de este artefacto textil en Chile corresponde a la del Museo Municipal
de Cochrane, que guarda tabaqueras en cuero de choike y en telas de algodón,
además de una billetera hecha con vejiga de vaca, todas provenientes de las manos de
una misma familia de bordadoras: las Vargas Escobar.