B.5 NI A LA MUERTE
Poco antes de alcanzar la iluminación, el venerable
maestro Akio Lee Suzuki, compuso el siguiente verso:
“El que manda,
- miserable ladrón-,
te roba el oro,
el albedrío y la novia,
(en nombre de la nación)”.
Cuando a finales del siglo XV, el emperador nipón leyó
este popular poema, se sintió aludido y mandó detener a
su autor... Sin embargo, Akio intuía que su sinceridad,
tarde o temprano, acabaría con su vida, de modo que
huyó al bosque que rodea el Fujisan.
Permaneció allí, -en plena naturaleza-, durante varios
años, hasta alcanzar la iluminación.
Agradecido con el emperador por haberle empujado al
bosque, escribió: