TIOVIVO
Ayer tenía veinte años
y acariciaba el tiempo.
Jugaba a vivir
como se juega a amar
y vivía la noche.
No sabía que los días,
uno tras otro,
huían alrededor del sol
como un tiovivo.
Ayer tenía veinte años
y acariciaba el tiempo.
Jugaba a vivir
como se juega a amar
y vivía la noche.
No sabía que los días,
uno tras otro,
huían alrededor del sol
como un tiovivo.