EL CUERVO Y EL MIRLO
No viaja un cuervo
en el último vagón de la vida.
No se humedece el tren
de la lluvia melancólica de los años,
ni hay nostálgicas gotas frías tras los cristales.
Rueda veloz, raudo y sereno.
Un mirlo blanco saluda en la estación.
Día soleado de invierno.
Avanza el convoy sin equipaje
hacia un sueño infinito.
Se adivina el horizonte.