Sí, ¡eso supongo! Al llegar vi a una pequeña muy asustada, agachada sobre la
nieve, las voces le decían cosas terribles, ¡intenté ayudarla! La cargué hasta mi
transbordador y cuando estábamos despegando algo agarró mi pie y me sacó de la
nave. No recuerdo nada más hasta que me despertaste.
¿Hacia dónde se dirigía el transbordador?
¿Por favor necesito saberlo?
No me acuerdo, debí golpearme la cabeza al caer.
¿Por qué buscas a esa niña?
Me dijeron que ella conoce la manera de salvar mi planeta. Le conté mi historia.
Brandon con sus manos toco mi mejilla y me dijo, ¡no te preocupes! Conozco a
alguien que nos puede ayudar, solo necesito algo antes.
Vine en busca de un diamante, quiero hacerle un regalo a una persona especial.
¡Por eso estoy aquí!
Me habló sobre cómo había dejado detrás algo que amaba para encontrar el regalo
perfecto, que así había llegado a este planeta de miedos y pesadillas.
¡Ambos nos parecemos mucho!
Está oscuro allá fuera, le dije, aunque creo que la tormenta pasó, quédate aquí,
saldré a buscarlo. Con dudas, me volteé y pregunté. ¿Qué es un diamante?
Una piedra de cristal que destella en la oscuridad, respondió él.
Entonces con una sonrisa, le contesté, ¡ven! dame tu mano, indícame en qué parte
de la órbita se encuentra tu nave. Ya podemos irnos. Él no entendió, pero al ver mi
determinación se puso el casco y tomó mi mano, nos fuimos elevando hasta
atravesar la atmósfera, dirigiéndonos hacia allí.
Al llegar, le dije, ¡toma! este es un fragmento de mi luna, es exactamente lo que
estás buscando, fue la luz que nos guio en la oscuridad, con él tu persona favorita
siempre estará a salvo.