Interior n47 issuu

(revistasoberaniaalimentariayRiHoK) #1
con Portugal, es desviada, mediante un trasvase
para desembocar en la agroindustria murciana,
otra actividad exportadora, mientras las fotos de
peces muertos en el Mar Menor muestran los lími-
tes de este modelo.

Actuar frente a la tormenta perfecta
Según el DRAE, un agricultor/a es aquella
persona que se dedica a cultivar o labrar la tierra.
No dice que sus ingresos dependan totalmente
de esta actividad agrícola o que sea un hobby, no
diferencia a quien tiene tres hectáreas en regadío
de aquel inversor con 150 hectáreas de aguacate
repartidas entre la Axarquía malagueña, la Costa
Tropical granadina y Huelva o de quien cultiva
hortalizas que venderá a menos de 30 km de
donde fueron cultivadas, en mercados ecológicos
y a precios que nada tienen que envidiar a los de
las grandes superficies.
Cuando hablamos de regantes ocurre algo simi-
lar, todo cabe. Los terratenientes han sido a la tie-
rra, lo que los aguatenientes son a los derechos de
agua y a la explotación de las aguas públicas, sean
subterráneas, procedentes de un embalse o de un
río. Aguas que no se emplean para dar de comer,

sino para producir mercancías que se venderán en
mercados extranjeros. Un ejemplo lo tenemos en
Doñana, donde, como declaró recientemente ante
la prensa el catedrático de Geografía Humana de
la Universidad de Sevilla Leandro del Moral, «el
87 % del agua la utilizan un 10 % de propietarios».
Durante al menos tres décadas, Europa ha
estado subvencionando a los agricultores, el
75 %, como mínimo, de los gastos incurridos para
implementar las ‘modernizaciones’ de regadíos
por gravedad, también denominados por inun-
dación o riego a manta. El argumento esgrimido
ha sido que estos sistemas tradicionales son
menos eficientes, pues tienen pérdidas (o retor-
nos a los ríos y acuíferos, según se mire) del 50 %
por infiltración hacia el suelo. Mientras, los rie-
gos presurizados, como la aspersión o los riegos
localizados por goteo, hacen gala de un uso más
estricto del agua. Pero, como explican cientos de
estudios, ocurre la paradoja de Jevons: cuanto más
eficientes somos en el uso de un recurso, mayor es
el consumo que se hace de este recurso. Estamos
regando por encima de nuestras posibilidades y,
lo que es más importante, a costa del agua de las
futuras generaciones. Ante el despilfarro de agua

Tarea colectiva de limpia y monda de acequias tradicionales
en la Comunidad de Regantes Fuentes de Letur, Albacete.
Foto: Javier Rodríguez Ros

Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y culturas #47


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