››Ese día mis hombres fueron de manera rutinaria al lugar, y a ellos
les pareció raro que no había ningún tipo de movimiento.
››Así que entraron y te hallaron inconsciente con una herida en la
cabeza. También encontraron a tu hermana, ya sabes..., en ese estado.
Estuve furioso al enterarme de eso, porque pensé que había matado a una
posible portadora del cromosoma noventa y dos.
¿Estaba furioso? Así que aplica una lógica cuando se trata de la
hermana de Kun, y otra con la de Morgan, vaya contradicción, señor
Caluti, pensó Lu al escuchar eso. El magnate continuó.
—Entonces ordené inmediatamente la captura del sujeto, y lo
atrapamos dos días después.
—¿¡Q-Qué!? —preguntó Kun con el rostro estupefacto.
—Sí. Lo tuvimos encerrado en el cuartel durante todos esos años.
—¡¡¡Maldito hijo de perra!!! —gritó con furia y con la cara
enrojecida.
Morgan lo sostuvo para que no atacara a Caluti.
—¡Lo siento, muchacho! Esa basura era una buena razón para
motivarte... ¡Quería que te hicieras más fuerte!
—¡¡Todos esos años!! ¡¡Todos esos putos años yo lo busqué como
un idiota!!... ¡¡¡Y tú lo tenías siempre contigo, maldito hijo de perra!!!
El limario hacía todo el esfuerzo para contenerlo. Lu también hizo
lo suyo con Lucas.
—Sé que suena cruel, pero tenía que hacerlo. Además, cumplí lo
que te prometí. Tú quisiste concretar tu venganza y lo asesinaste con tus
propias manos. Kun..., tú finalmente pudiste vengar a tu hermana.
Cuando el joven pelirrojo escuchó eso, cambió su semblante y se
cubrió la cara pensando en Liz. El chico cayó de rodillas y empezó a llorar
amargamente. Morgan, después de verlo tan mal emocionalmente, fijó la
mirada en los gemelos.
Lu se hallaba de pie por pura voluntad, estaba pálido como la nieve.
Lucas, por su parte, también quedó destrozado al escuchar la verdad, tanto
que cayó al suelo bastante debilitado y sin saber qué hacer. Él comprendía
que matando a Caluti no devolvería la vida a la gente del crucero.