››Debían elegir si querían seguir viviendo con esas terribles ronchas,
o guardar silencio y ser libres de esa horrible enfermedad. ¿Qué creen que
ellos eligieron? ¡Obviamente optaron por la segunda opción!
››Pero eso no es todo... Para intentar dar una imagen de
confiabilidad y transparencia con los habitantes de Paronia, los líderes
decidieron someter el caso a votación.
››Cada persona mayor de dieciséis a ochenta años, debía rellenar un
formulario en el cual se votaría a favor o en contra del cierre de la cárcel.
Increíblemente, el 87 % de los votantes eligió seguir con las pruebas.
Al escuchar eso, Lu comentó: se dejó una decisión tan importante en
manos de una sociedad enferma. Y con “enferma”... no me refiero a las
ronchas.
Los chicos escuchaban con mucha seriedad y enojo.
—Gobernante Celia, ¿cómo explica que muchos no sabemos acerca
de esto? —preguntó la reportera con la voz quebrada.
—Es porque la votación ocurrió hace treinta años. Admito que una
minoría no llegó a enterarse —respondió ella. Luego, mirando a la cámara,
agregó—: Pero sí votó gran parte de la población.
››Como puede ver, señor Cataldi, a pesar de que esta sea una
oligarquía... también es cierto que escuchamos a nuestros ciudada...
El magnate la tomó con fuerza del cabello sin mediar palabra,
mientras ella gritaba de dolor.
—¡No, no! ¡Señor Francisco! ¡Por favor! —exclamaba Celia con
desesperación.
Lu, Lucas y Kun, miraron esa escena con la misma sorpresa que la
mayoría de los presentes.
—Si el fin justifica los medios... —Caluti se veía muy serio—.
Entonces... no creo que le moleste ser castigada aquí y ahora por este
humilde servidor.
Al terminar de decir eso, el magnate sacó una navaja de su bolsillo,
entonces procedió a degollarla frente a la cámara.
—¡Por favor! ¡Tenga pied...
La mujer no pudo culminar siquiera sus últimas palabras. El
verdugo de los Raxanes, la decapitó en plena transmisión. Hombres,