››Una vez ahí, nuestros glóbulos blancos ayudan a combatir las
infecciones producidas por los microbios, y también se encargan de reparar
la zona afectada.
››En fin, lo que este artefacto hace, es mandar señales al cerebro
para que los glóbulos trabajen mil veces más rápido; activando así los
impulsos neuronales con el fin de acelerar la curación.
—Todo bien, doctorcito, pero... ¿Eso qué carajos tiene que ver con
la muerte de tu compañero? —preguntó Esmeralda.
Belton sonrió ante el tono sarcástico de la chica.
—Veo que eres muy impaciente, señorita. Este aparato no solo se
limita a acelerar el proceso regenerativo, sino que además puede resucitar a
los muertos. Verás, después de que el corazón deja de latir y de bombear
sangre al cuerpo, inmediatamente el cerebro también deja de funcionar y de
mantener viva a la persona.
››El tiempo máximo en el que nuestros cerebros pueden emitir
señales, después de un paro cardiaco, es de veinte segundos. Durante ese
lapso se debe aplicar este aparato al cuello del paciente.
››Este dispositivo envía impulsos eléctricos al cerebro, y este órgano
a su vez lo replica al resto del cuerpo. Así es cómo se inicia lo que nosotros
llamamos “Resurrección Inmediata”.
—I-Increíble —expresó Samuel con asombro.
Belton, con el semblante orgulloso y ante la impaciencia cada vez
más evidente de los demás agentes, continuó hablando.
—Lo llamamos “inmediata”, no por la velocidad de la regeneración
celular, sino por la rapidez con la que se debe intervenir durante la
ejecución. Para bien o para mal, se lo apliqué a Robert unos quince
segundos después de su muerte.
—Cuando me reviviste... no sabía si golpearte o agradecerte —
comentó el detective Cleman.
—Lo siento, amigo, todavía tienes mucho que ofrecer a este jodido
mundo —Se excusó el hombre con una sonrisa.
—Pero míralo por el lado bueno... Por lo menos eres el primer ser
humano en ser resucitado, así que por fin hemos confirmado que el
dispositivo funciona perfectamente.