carcajadas.
—Este es mi gran titán. ¡Puedo controlar todas sus acciones con este
control que tengo en la mano!
Kun estaba realmente frustrado, fruncía el ceño y pensaba.
Ese maldito ahora está manipulando al bueno de Nordok.
De pronto, vieron elevarse detrás de Caluti un objeto plano y
cuadrado, el cual tenía tres metros de largo y dos metros de ancho, era de
color negro y poseía cuatro propulsores en sus extremos.
—¡Qué es esa cosa? —preguntó Lucas mientras veía cómo el Orain
alzaba al magnate sobre la superficie de la máquina voladora.
Inmediatamente después de hacer eso, el gigante saltó hacia la caja
de donde había salido, y tomó de allí una bazuca con cinco misiles. Cargó
una de las ojivas y disparó a la cárcel de Paronia, haciendo un gran hueco
para que los presos se escapasen. Luego cogió rápidamente las cuatro ojivas
restantes, y volvió a saltar sobre el objeto volador.
—¿Q-Qué demonios son esas cosas? —preguntó Lucas apuntando
al cielo.
Ellos veían a pequeñas máquinas voladoras saliendo de la caja.
Estas tenían pinzas metálicas que sostenían varias armas de fuego.
—¡En el mundo antiguo lo llamaban “drones”... y son bastante
eficaces! —dijo Caluti orgulloso.
Algunos drones dejaron caer las armas frente a los policías, y
muchos otros sobrevolaron la ciudad.
—¡Oficiales! ¡¡Disparen y mátenlos con esas nuevas armas!! —
ordenó el magnate.
Los agentes estaban muy confundidos. Mientras ellos recogían las
armas de fuego, Nordok lanzó otros cuatro proyectiles hacia varios
edificios. Los policías comenzaron a disparar. Kun, Lu y Lucas esquivaban
las balas mientras que Caluti y el Orain se alejaban lentamente de la azotea.
Morgan corrió a gran velocidad, este colocó un pie sobre la baranda
para poder impulsarse, logrando saltar hacia ellos. Sin embargo, Nordok
también se lanzó hacia él, y estando ambos en el aire, el titán lo golpeó con
la bazuca.