por el lugar con bastante rapidez. Belton convulsionaba mientras que ella lo
sostenía con total frialdad en su mirada. La mujer le tapaba la boca y la
nariz, hasta que, al percatarse de que el oficial ya había muerto, finalmente
lo dejó caer al suelo.
Susan, Cloe y Abigail se cubrieron las caras y gritaron horrorizadas
al ver esa escena. Los temblores seguían sin detenerse. Por primera vez en
muchas horas, Morgan quedó completamente sorprendido, hasta el punto de
no creer lo que estaba observando.
—¡¡N-Návila!! ¡¡¿Qué demonios has hecho?!! —Le reclamó Kun
con furia.
El pelirrojo no podía moverse porque sostenía una mesa muy
pesada, pues, si el joven se movía, el mueble definitivamente golpearía a los
padres de Abi. En ese instante se escucharon más explosiones en el exterior.
Lucas también quedó inmóvil sin saber qué hacer. Su mente se congeló
completamente cuando vio a Belton ser asesinado de esa forma tan
repentina. Morgan no se atrevió a atacar a Návila, ya que tenía miedo de
dejar vulnerables a su hermana y a Abigail.
—¡¡Maldita perra!! ¡¡Sabía que tramabas algo!! —gritó Esmeralda
mientras resbalaba por el temblor.
Ella pudo mantener el equilibrio al sostenerse con fuerza de un
escritorio metálico, y desde ahí vio a la asistente de Caluti sacar una
ametralladora de su campera.
—¿¡Qué carajos...!? —Se limitó a decir ella al observar el arma de
fuego en su poder.
Unas horas antes, Návila había robado esa ametralladora del
depósito. Además de eso, también se tomó el tiempo de desactivar las
cámaras de seguridad y de apagar a ambas robots. De repente, los temblores
cesaron y ella inmediatamente apuntó a Esmeralda.
—¡¡Muere, niña estúpida!!
La mujer presionó el gatillo con vehemencia, pero, unos segundos
antes, Samuel saltó sobre ella y logró que las balas se desviaran y no
hirieran a nadie. Con mucha tristeza, el chico empezó a cuestionar lo que
hizo la asistente.