Unos meses más tarde, se promulgó una ley en el nombre de
Francisco Cataldi, la cual consistía en eliminar la jerarquía y la
discriminación entre pigmentados y normales. Durante los primeros meses,
eso fue un golpe bajo para las personas racistas y rencorosas, sin embargo,
como la sociedad tenía un respeto inmenso y muy arraigado a su líder
supremo, esta no tuvo más remedio que obedecer esa norma.
Esmeralda reestructuró nuevamente el gobierno, aboliendo muchas
leyes y brindando derechos a los menos privilegiados. Construyeron un
monumento de paz en la entrada de una montaña en Pligia, en honor a las
víctimas de la masacre por la guerra de la hambruna.
Lu se convirtió en la mano derecha de la emperatriz. Él comandó a
un grupo de soldados para liberar a las personas de las minas en Carmesí.
Después de largas negociaciones, a los mineros del lugar se les otorgó un
salario digno en base a lits, a cambio de la extracción de esos componentes
tecnológicos. De esa forma la economía de Eumaria no se vio afectada
negativamente.
Esmeralda consideró que el sistema de puntos implementado por
Caluti, fue una muy buena idea por parte del exdictador. Así que siguió
manteniéndolo parcialmente para que persistiera el orden social.
En el área tecnológica, ella mandó construir más helicópteros,
usando el cuartel secreto de la farmacéutica como base de fabricación.
Eumaria pasó a tener veinte de esas nuevas aeronaves, pero, por otro lado,
nunca pudieron encontrar la nave tan particular que el magnate había usado
durante el ataque a la SCG.
En materia de salud, la emperatriz ordenó la producción en masa del
SRI para su utilización en los hospitales y demás centros médicos. Al hacer
eso, logró elevar en lo más alto el nivel de vida de sus habitantes.
Otro de los aspectos más relevantes e importantes de su gobierno,
fue el hecho de legalizar el matrimonio entre normales y pigmentados, lo
cual supuso un quiebre definitivo en la discriminación, y gracias a eso,
Cleman y Susan ya no tuvieron que ocultar su unión conyugal.