“Mi papá trabajó muchos años en el
Agua Potable, por el empleo mínimo PEM, en
esos años que eran 3.000 pesos, no era nada, y
con eso uno tenía que vivir. Entonces, mi mamita
tenía que salir a lavar, a cocinar, donde podía para
podernos mantener, y éramos tantos. Había una
separación de la familia, pero no por peleas, sino
por necesidades. Mi papá vivía en el campo y
nosotros vivíamos acá, entonces mi mamita
vendía de su huerta un poco, porque ellos eran
muy generosos. Regalaban todo, así que si le
daban 100 pesos nosotros feliz”.
Sra.Eliana Alún Cumián
“Cuando fui a la escuela yo caminaba a
pata pelá, porque en ese tiempo no conocíamos
lo que era zapato. Así que un puro cuaderno, lo
echábamos en una bolsa de leche que se llamaba
Superchil, ahí manejaba el cuaderno, y en ese
cuaderno echábamos toda la materia. Bueno,
era sufrido, pero salíamos adelante. Mis viejos se
sacrificaron harto, pero gracias a Dios somos lo
que somos”.
Sr. Óscar Javier Ulloa Martínez