SUB UNO DEO

(Jud Rampoeng) #1

Sobre el autor:
Jud Rampoeng (1963), barcelonés, apenas conocido en la actualidad, ha tomado prestados
diversos nombres artísticos, consiguiendo, con ello, borrar toda posibilidad de adquirir fama
en el ámbito de las artes ¿Por qué? ¿Pura paranoia? ¿Caos mental? ¿Modestia mal
entendida? ¿Falta de confianza en sus numerosísimas obras y creaciones? ¿Autoimagen
pobre?
Jud Rampoeng, fue un niño castigado, sin ningún interés en “parecer demasiado listo”. Fue
un “mal estudiante”, distraído y sin interés real en las materias escolares y académicas,
pues, su entorno familiar mediocre le condenaba a “no destacar demasiado” (para
sobrevivir, claro). Afirma, sonriendo tímidamente, haber sido maltratado durante toda su
juventud por un grupo de familiares, celosos los unos y avariciosos los otros. Con sus
propios labios susurra: “linchamiento...”.
Probablemente, ese sea el motivo psicológico de su invisibilidad y mala autoimagen. Sin
embargo, quien tenga el placer y la suerte de conocerle, no le queda más remedio que
admirar su talento creador incontenible. Efectivamente, un torrente de creatividad desborda
su ser y, según confiesa él mismo, es incapaz de mantenerse quieto “sin engendrar alguna
obra” (... en el campo de la poesía, la literatura, el monólogo, la música, la imagen, las artes
plásticas, el diseño, la pintura, la escultura, el video e, incluso, ¡la ingeniería!).
Para terminar apuntaré aquí un par de sus propias afirmaciones (con las que Jud justifica su
manifiesta invisibilidad caracterológica):
“La obra no es lo importante, sino, cómo es transformado el autor al realizarla”.
“El artista sano o, buscador de la verdad, debe mantener la actitud de un monje tibetano
que, al concluir un maravilloso mandala, lo borra sin más”.
Probablemente, ideas de ese tipo son las que mantienen en el anonimato a verdaderos
genios creativos como Jud Rampoeng.

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