El Colombiano - 27.03.2020

(Chris Devlin) #1

20 OPINIÓN VIERNES, 27 DE MARZO DE 2020


APLAUSOS Y PITOS

PELEAS POR PAPEL HIGIÉNICO


No tiene sentido: el mercado ya se
reabasteció. Invitación a que no
haya agresiones por ese producto.

BOLSA DE COLOMBIA


La rectora del mercado de valores
tuvo la segunda mayor recupera-
ción de su historia: 13,28 %.

Yo me transfiguro en lo que
espero durante todo el día.
Dime qué esperas y te diré
quién eres. Quien así me ha-
bla, me está tendiendo la
mano, y si soy yo a mí mismo,
tanto mejor. Maravilloso des-
cubrir la calidad de lo que soy
por lo que espero.
La esperanza es de lo que
no se posee. Esperar es antici-
par futuro en presente. Espe-
ro dinero, prestigio, poder y
placer, en eso me transfiguro.
No espero nada, en eso me
transfiguro. Espero a Dios,
me vuelvo divino, Dios por
participación.
Si espero resucitar, la re-
surrección está aconteciendo
sin cesar en mí. Resucitar no
es revivir un cadáver, es al-
canzar en cuerpo y alma vida
en plenitud, que es Dios. Y
así, la oración entendida
como cultivo de la relación
de inmediatez de amor con
Dios, es ejercicio de resurrec-

ción. Orar así es saber por ex-
periencia qué es resucitar,
qué es la resurrección.
Soy un ser de compleja
unidad de cuerpo y alma,
distinguibles, no separables.
Voy naciendo, viviendo, mu-
riendo y resucitando simul-
tánea y dinámicamente en
cuerpo y alma. Al nacer co-
mienzo a morir y resucitar,
y al morir y resucitar acabo
de nacer, sabiendo que des-
de mi nacimiento todo tiene
en mí sentido de unidad y
eternidad.
El capítulo once del evan-
gelio de Juan trae el relato de
la resurrección de Lázaro. El
lector, según el paradigma de
la cultura ambiental, entiende
la resurrección de Lázaro
como revivir un cadáver. Pero
si le presta atención al texto,
se encuentra con una sorpre-
sa deslumbrante al leer que
Jesús afirma: “Yo soy la resu-
rrección y la vida... y todo el

que vive y cree en mí no mo-
rirá jamás” (Jn 11,25.26).
Si me detengo en esta afir-
mación de Jesús, doy a mi vida
un cambio de mejoramiento
radical, el de interesarme en
cultivar con esmero mi armo-
nía de cuerpo y alma, sabien-
do que, desde el nacimiento,
vivo como orante de modo di-

námico la resurrección, Dios
aconteciendo en mí.
Hago bien en tomar con-
ciencia de que el coronavirus
me está dando un golpecito
en el hombro para que me
apersone de quién soy, qué
camino recorro y adónde me
encamino, y que mi vida en-
tera es la tarea encomendada
por mi Creador para colabo-
rarle en su obra creadora
amando todo, comenzando
por mí mismo, sin apego a
nadie ni a nada.
Decido vivir cultivando la
esperanza en la resurrección
de los muertos con esmero
constante, sabiendo que es
éste el acontecimiento que
dura por toda la eternidad, el
Creador haciendo divinas a
todas sus criaturas con su
amor divino ■

Hago bien en tomar
conciencia de que el
coronavirus me está
dando un golpecito
en el hombro para
que me apersone de
quién soy, qué
camino recorro y
adónde me
encamino.

¿Qué pasará tras el covid-19?
¿Volveremos al mismo estilo de
vida que nos está agobiando?
Es difícil cambiar. En re-
des, ciudadanos y autorida-
des se animan: que saldre-
mos juntos de esto, que
aprenderemos, que estare-
mos mejor preparados, que
esta crisis nos ha enseñado
muchas cosas. ¿En serio?
No será sencillo. Aunque
hemos sentido en carne pro-
pia durante esta primera se-
mana de encierro, y los he-
mos visto y leído en los de-
más, los estragos del sistema
ideológico imperante, el rapaz
neoliberalismo, el aparato po-
lítico-económico puede hacer
con suma facilidad que todo
vuelva a estar como antes.
Aun en medio de esta cri-
sis, no pocos gobiernos han

tratado de priorizar lo eco-
nómico sobre el bienestar de
la población.
Pero ha quedado más cla-
ro que siempre el modelo de
desigualdad imperante, ese
en el que además el Estado se
ha encargado de privatizar
los servicios sociales básicos
y los que todavía no, pues van
por ese camino.
Basta mirar la salud. Hos-
pitales públicos casi sin equi-
pos, así como muchos presta-
dores privados del servicio,
dejando al descubierto, de
nuevo, la fuga de los recursos
asignados a manos privadas o
a los corruptos.
No será fácil cambiar el
modelo, como vemos cuando
los propietarios de tierras
quieren más, la acaparan a
como dé lugar generando

una atroz violencia contra
quienes se aponen. Por eso
no ha sido posible que nin-
gún proyecto de reforma ru-
ral avance.
¿Cómo mejorar el empleo
precarizado? Millones de co-
lombianos que viven de la in-
formalidad o de modalidades
avaras de contratación como
la prestación por servicios sí
que están sintiendo este con-
finamiento. ¿Se desmontarán
tras la crisis? ¿Se conmoverán
los empresarios o no habrán
advertido que la finalidad del
negocio no es acumular ga-
nancia tras ganancia sin pen-
sar en la persona?
Son solo tres asuntos que
nos atosigan y nos recuer-
dan que no será fácil cam-
biar este sistema que hace
ver que la desigualdad es

inevitable posibilitando que
unos tengan mucho y otros
poco o nada.
Quedó en evidencia ade-
más que no estamos prepara-
dos frente a otras amenazas
reales y graves: cambio cli-
mático, calentamiento glo-
bal, deforestación, inunda-
ciones y deslizamientos, olas
de calor, erosión costera, que
el poder central (nacional y
regional) considera lejanas
así de vez en cuando se ocu-
pe de ellas.
Es posible entonces que
acabada la crisis del coronavi-
rus, como dice la canción, vuel-
va al pobre a su pobreza y el
rico a su riqueza. Qué más da.
Maullido: qué pena esos
gobernantes que le quitaron
dinero a la ciencia. Lo esta-
mos pagando ■

En los últimos días, en las re-
des sociales circula un video
de un mandatario que pocos
conocían antes. El hombre de
barba y aspecto aún joven es
Nayib Bukele, presidente de El
Salvador, quien ya había sido
viral, y mundialmente célebre,
después de un discurso en la
ONU en el que propuso a su
país como un ejemplo de cam-
bio en el mundo, tomándose
una selfie en la sesión en ple-
no de la Asamblea General. El
mandatario, de 38 años, anun-
cia por medio de un video, las
medidas que va a adoptar el
país para superar la crisis por
el coronavirus.
Elaboró un plan de 30 di-
rectrices económicas, que
bien pueden calificarse de re-
volucionarias, en las que les
dio prioridad a las personas
más necesitadas, el bienestar

de los ciudadanos, pero lo que
más ha llamado la atención es
su posición férrea ante los ri-
cos y empresarios a quienes
pide aceptar perder parte de
su riqueza para afrontar la
emergencia global del covid-
19 y, sobre todo, para asegurar
que el Estado preste los servi-
cios de salud óptimos en
tiempos de crisis.
Bukele ordenó el pasado
sábado una “cuarentena do-
miciliar” y “absoluta” por 30
días para contener la pande-
mia y anunció la entrega de
un subsidio por 300 dólares
aproximadamente a 75 % de
los hogares salvadoreños.
El presidente decidió adop-
tar esta medida cuando solo
llevaban tres casos de infecta-
dos, entendiendo que entre
más temprano se haga el aisla-
miento menos van a ser las

víctimas de la enfermedad. Es
el ejemplo que han debido se-
guir los gobiernos del mundo
para, quizás, no haber llegado
a la magnitud de la pandemia
que enfrentamos hoy y que
cobra ya miles de vidas.
El gobierno de Bukele sus-
pendió durante tres meses el
recibo de la luz, del agua, la
cuota de teléfono, cable e in-
ternet. También el pago de hi-
potecas y de alquileres, tanto
para la vivienda como para lo-
cales comerciales sin intere-
ses; hizo lo mismo con présta-

mos correspondientes a ca-
rros o motos. Otra de las órde-
nes de Bukele fue congelar los
precios de los alimentos y pro-
ductos básicos para evitar la
especulación y asegurar que
los ciudadanos puedan abaste-
cerse durante la emergencia.
En Colombia, no veremos
nada parecido en mucho
tiempo por cuenta de gobier-
nos subordinados precisa-
mente al gran capital y a los
intereses particulares de los
poderosos. El mundo aplaude
estas medidas, revoluciona-
rias en todo sentido ■

*Taller de Opinión es un proyecto de
El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que
busca abrir un espacio para la opinión
joven. Las ideas expresadas por los co-
lumnistas del Taller de Opinión son libres
y de ellas son responsables sus autores.
No comprometen el pensamiento editorial
de El Colombiano, ni las universidades
e instituciones vinculadas con el proyecto.

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Nayib Bukele tiene la
sensatez de un
presidente que piensa
en toda su gente.

COVID EXIGE MEDIDAS


REVOLUCIONARIAS


Por DANIEL GONZÁLEZ MONERY
Universidad del Atlántico
Licenc. Ciencias Sociales, semestre 8
[email protected]


HOMO CATUS


MI CASA SOSEGADA


Y LA VIDA SIGUE IGUAL

Por RAMIRO VELÁSQUEZ GÓMEZ
[email protected]

LA RESURRECCIÓN

Por HERNANDO URIBE C., OCD
[email protected]


ICO


a se
o
ucto.

n-
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