Indicadores-de-Salud_spa

(tlittels) #1

Es necesario ser cautelosos al hacer estimaciones por métodos indirectos para un país determinado a
objeto de facilitar que los indicadores mundiales calculados por los organismos internacionales sean
compatibles a nivel transnacional. Esta materia ya ha sido objeto de amplio debate (1, 2).


Existe el consenso de que los datos directos deben ser, siempre que sea posible, valorizados y evaluados
en forma continua. El uso habitual de datos directos puede generar oportunidades para mejorar esas
fuentes de datos. El uso indiscriminado de indicadores estimados puede menoscabar la autenticidad de
los datos y la información que se originan directamente de los sistemas nacionales de información de
salud. Una consecuencia podría ser la asignación de recursos para mejorar los sistemas de información de
salud, en particular en países cuyos recursos para la salud son escasos.


Muchos métodos de estimación indirecta (de datos demográficos u otros) no están libres de inexactitudes,
especialmente en algunas circunstancias como cuando los datos nacionales están incompletos o rara vez
están disponibles. Sin embargo, es exactamente en esas situaciones en las que se hace necesario el
cálculo de las estimaciones de indicadores de salud. Para superar el problema de la falta de disponibilidad
de datos, en ocasiones se usan datos imputados a objeto de generar los datos necesarios para hacer
estimaciones indirectas. Los límites inherentes a esta imputación —como la baja representatividad de la
diversidad de un país, la presencia de un error aleatorio en ocasiones desconocido y la posible existencia
de errores sistemáticos relevantes, entre otros— se subestiman (2). Esos errores pueden comprometer
en gran medida la exactitud de las estimaciones indirectas y no necesariamente superar la limitación
de la calidad de los datos directos. Otra cuestión relevante es la limitación de la mayor parte de las
técnicas indirectas para captar de manera correcta cambios significativos en los indicadores que están
calculándose. Un ejemplo es el descenso brusco de la tasa de fecundidad en Brasil y la limitación de
las técnicas de proyección poblacional utilizadas por el gobierno para explicar de manera adecuada tal
fenómeno en las estimaciones de nacidos vivos, por citar un ejemplo.


Por último, cabe destacar la complejidad cada vez mayor que los procesos de estimación indirecta
han cobrado en años más recientes y, con ello, la reducción de la capacidad de comunicación y de la
reproducibilidad de los resultados. En este sentido, la publicación Guidelines for Accurate and Transparent
Health Estimates Reporting (GATHER) (3) representa una iniciativa loable emprendida con el fin de
formular directrices, las cuales son una opción para abordar la escasez de datos de salud confiables en
ciertos contextos. Sin embargo, siempre han de tenerse en cuenta sus limitaciones y consecuencias para
la notificación precisa y transparente de los indicadores de salud (4).

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