2019 -
sus necesidades y características particulares, con absoluto respeto a sus
derechos y sin discriminación alguna.
La salud sexual y reproductiva es un factor fundamental para el bienestar y el
desarrollo social y económico de la población, así como para contribuir a la
igualdad de género.
Un ejemplo de las inequidades al interior del país, es la necesidad no satisfecha
de anticonceptivos entre las mujeres en edad fértil unidas que desean espaciar
su siguiente embarazo o limitar el tamaño de su familia, cuyos niveles más altos
se presentan en estados del sureste del país (más de 15.0%), entre la población
adolescente (28.2%) y en la población de habla indígena (17.2%), mientras que el
promedio nacional este indicador en 2018 fue de 10.8%.
Para favorecer la salud sexual y reproductiva de la población se requiere hacer
efectiva una serie de intervenciones en salud pública que cumplan con
estándares de disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y calidad, con absoluto
respeto a los derechos sexuales y reproductivos de la población, sin
discriminación y con perspectiva de género. Asimismo, es fundamental atender
las barreras sociales, culturales y económicas que prevalecen al interior del país.
En el caso de enfermedades infecciosas, actualmente, en México, tres de cada
diez personas con VIH desconocen su estado serológico, lo que dificulta el acceso
oportuno a la atención integral y el tratamiento, así como el control de la
infección a nivel poblacional, incluida la transmisión vertical de VIH.
México cuenta con servicios especializados para la detección y la atención del VIH
y el VHC, sin embargo, su acceso se ve limitado por diversos factores, entre los
que destacan, el estigma y discriminación relacionado a las personas en las que
se concentra las infecciones por VIH y VHC. En 2018, 36.4% de las personas
llegaron tardíamente a tratamiento antirretroviral en el país, sin diferencias por
sexo en adultos. En la Secretaría de Salud, esta cifra fue 41.4%: 40.6% y 41.9% por
ciento en mujeres y hombres adultos, respectivamente.
En materia de eliminación de la transmisión vertical del VIH y la sífilis, México
disminuyó los casos nuevos diagnosticados en 38.2%, al pasar de 131 a 81, durante
el periodo 2013-2018. No obstante, no se cumplió con la meta programada en la
pasada administración, debido principalmente al acceso a la detección del VIH
en mujeres embarazadas que, en la Encuesta Nacional de los Niños, Niñas y
Mujeres en México (ENIM) 2015, fue de 58%. Por su parte, los casos nuevos
registrados de sífilis congénita en el país se incrementaron en 252%, al pasar de