LIBRO DE LA SALUD CARDIOVASCULAR
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microbianos y del propio huésped, con el desarrollo de
un proceso patológico más o menos grave, en el que van
apareciendo de manera sucesiva problemas muy diversos,
entre los que pueden encontrarse distintos hechos de dis-
función cardíaca.
Conceptos y definiciones de la sepsis
El concepto de sepsis continúa siendo controvertido en el
ámbito médico, ya que define un espectro muy amplio de
estados clínicos. Esta variabilidad de situaciones se debe,
por una parte, a que los diversos agentes patógenos tie-
nen una capacidad muy diferente para generar sepsis y,
por otra, a que la respuesta de un individuo concreto ante
una agresión microbiana también es distinta a lo largo de
su vida, en relación con el desarrollo y el estado de sus
mecanismos defensivos intrínsecos.
En los últimos años, en este contexto conceptual
de la sepsis, se ha consolidado el término síndrome de
respuesta inflamatoria sistémica (SIRS), que, basándose en
cuatro criterios sencillos y de rápida obtención (los tres pri-
meros, directamente a la cabecera del enfermo y el cuarto
con un simple análisis de sangre), permite identificar el
estado de sepsis.
El SIRS se define como una situación clínica que
presenta dos o más de los criterios expuestos en la tabla 1.
Aunque un SIRS puede aparecer en patologías cuyo
origen no es microbiano (tóxicos, traumas, quemaduras,
pancreatitis....), la mitad de las veces que se detecta es
debido a sepsis, y por eso el análisis de los parámetros que
definen un posible SIRS se emplea mucho en la evaluación
clínica y en el tratamiento de estas infecciones graves.
La utilidad del concepto SIRS en la evaluación de
una sepsis viene dada, en resumen, por los hechos relacio-
nados en la tabla 2.
Dado que el tratamiento de una sepsis depende de
su gravedad, es importante deslindar bien las distintas posi-
bilidades clínicas que encierra el concepto sepsis. En ese
sentido, hoy día se establecen las siguientes definiciones:
- Sepsis: ‘reacción inflamatoria generalizada en res-
puesta a una invasión microbiana de la sangre’, es
decir, un SIRS de origen infeccioso. - Sepsis grave: ‘sepsis con uno o más signos de
disfunción orgánica’, del tipo de la acidosis meta-
bólica, el trastorno de la conciencia, la oliguria,
la hipoxemia, la coagulopatía o la hipotensión
arterial. - Shock séptico: ‘sepsis con hipotensión (tensión
arterial máxima menor de 90 mmHg, o bien 40 mmHg
inferior a la presión arterial máxima habitual del
paciente) que no responde a la infusión de líqui-
dos intravenosos, más disfunción orgánica’. Es
necesario el tratamiento con ciertos fármacos
vasoactivos (noradrenalina, dopamina...) para
mantener una tensión arterial adecuada. - Shock séptico refractario: ‘shock séptico de más de
una hora de duración que no responde a la infu-
sión de líquidos ni a los fármacos vasoactivos en
ese tiempo’. - Síndrome de disfunción multiorgánica (SDOM):
‘disfunción de más de un órgano (por deterioro
generalizado de la perfusión sanguínea y, en con-
secuencia, de la oxigenación de los tejidos orgá-
nicos) que precisa de una intervención médica
inmediata y sostenida para la recuperación fun-
cional’. Se trata, por tanto, de un SIRS con fallo
multiorgánico (FMO) y es la forma más grave de
sepsis.
Inicio y desarrollo de la sepsis
Como se aprecia al repasar las definiciones de sepsis, desde
el SIRS al SDOM, se concreta una secuencia de aconteci-
mientos cada vez más complejos y graves, ratificada final-
mente por las distintas tasas de mortalidad de esos pro-
cesos, que oscilan entre un 30% en el SIRS y un 80% en el
SDOM.
También se sabe que la respuesta inflamatoria de
cualquier ser vivo frente a una agresión microbiana, antes
de llegar a la sepsis, tiene su inicio, en la mayoría de los
casos, en un foco determinado de infección; por ejemplo,
en el aparato respiratorio (neumonía), el aparato genitouri-
nario (pielonefritis), la piel y los tejidos blandos, el tubo
digestivo y las vísceras anejas, o en otras localizaciones del
organismo.
En esos focos iniciales, los microbios son controla-
dos por la acción de una respuesta local inmediata, que
TABLA 1. Criterios para definir el síndrome de
respuesta inflamatoria sistémica
Temperatura: mayor de 38 ºC o menor de 36 ºC
Frecuencia cardíaca: más de 90 latidos por minuto
Frecuencia respiratoria: más de 20 respiraciones por minuto,
o presión arterial de anhídrido carbónico menor de 32 mmHg
Más de 12.000 leucocitos/mm^3 , menos de 4.000 leucocitos/mm^3 ,
o más del 10% de leucocitos jóvenes (cayados)