LIBRO DE LA SALUD CARDIOVASCULAR
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el conocimiento, cosa que podría ocurrir si se levantara
bruscamente de la cama.
El tiempo de hospitalización en las ablaciones que
transcurren con normalidad es de uno o dos días, depen-
diendo de su complejidad. Posteriormente, la herida ya no
requiere cuidados especiales, aunque se debe mantener
limpia y seca.
Tras la ablación, los pacientes pueden notar una
ligera fatiga o molestias torácicas durante las primeras
24-48 horas del procedimiento. En las ablaciones más
complejas o extensas, como la de la fibrilación auricular,
estas molestias pueden ser más intensas. Los pacientes
también pueden sentir palpitaciones tras la ablación. En
ocasiones, notan como si fuera a aparecer su taquicardia,
sin que ésta llegue a surgir. Estos síntomas no son impor-
tantes. Suelen estar producidos por extrasístoles u otras
arritmias banales que pueden aparecer durante la fase de
recuperación de la ablación debido a la irritación del cora-
zón por los catéteres o las aplicaciones de radiofrecuen-
cia, a la recuperación tras la anestesia, a modificaciones
de la inervación cardíaca y/o a una tendencia propia del
corazón a generar arritmias cuando se ha visto expuesto
durante mucho tiempo a ellas. Estas palpitaciones no
implican el fracaso de la ablación y suelen ceder tras unos
días o semanas.
Consultas más frecuentes
¿Qué es un estudio electrofisiológico?
Es una prueba que permite estudiar las alteraciones del ritmo car-
díaco (arritmias). Para llevarla a cabo se introducen varios cables
finos, generalmente a través de las venas de una pierna, que se
conducen hacia el corazón y se colocan en determinadas zonas
de interés para estudiar la forma en que se produce y transmite la
actividad eléctrica del corazón, la susceptibilidad a padecer taqui-
cardias y, en pacientes con taquicardias, estudiar su mecanismo y
procedencia. Esta prueba puede ser útil para pacientes con palpi-
taciones, taquicardias, mareos o pérdidas de conocimiento.
¿Qué es una ablación con catéter?
La ablación con catéter de taquicardias se basa en la aplicación,
mediante un catéter de ablación, de alguna forma de energía que
produzca la lesión controlada y localizada de una zona de tejido
cardíaco crítico para el comienzo y/o mantenimiento de una
taquicardia, evitando así que ésta pueda volver a producirse. La
energía más frecuentemente utilizada para la ablación con caté-
ter es la radiofrecuencia. Generalmente la ablación requiere que
se realice previamente un estudio electrofisiológico, con el que
se llega al diagnóstico definitivo de la taquicardia. Ambos proce-
dimientos comparten muchas fases, de ahí que se suelan llevar a
cabo integrados en uno solo.
¿Qué eficacia tiene la ablación?
La eficacia de la ablación varía según el tipo de taquicardia y la expe-
riencia del equipo médico. En determinados tipos de taquicardias,
como las taquicardias supraventriculares y el flúter auricular común,
la eficacia se acerca al cien por cien en manos experimentadas.
¿Se puede repetir la ablación?
Cuando una ablación es inefectiva se puede repetir el procedi-
miento, siempre que se estime que la probabilidad de éxito de
la segunda actuación sea razonable y justifique la intervención.
A veces, puede suceder que tras una ablación inicialmente efec-
tiva la lesión producida cura tan bien que el tejido anómalo vuelve
nuevamente a funcionar y a producir taquicardias. En otras oca-
siones, los pacientes pueden desarrollar taquicardias distintas a
la ablacionada. En todos estos casos puede realizarse un nuevo
procedimiento de ablación.
¿Qué riesgo tiene la ablación?
El riesgo de la ablación varía según las características del paciente,
la complejidad de la ablación y la experiencia del equipo médico.
El riesgo de sufrir complicaciones graves en ablaciones de com-
plejidad intermedia realizadas por profesionales experimentados
se sitúa en torno al 1%.
Glosario
Desfibrilador automático implantable: dispositivo parecido
a un marcapasos. Se implanta en la zona pectoral y posee unos
pequeños cables que se introducen hasta el corazón a través de
una vena próxima a la clavícula. Es capaz de detectar arritmias
graves y tratarlas mediante choques eléctricos.
Estimulador: aparato que genera pequeños impulsos eléctricos
indoloros, similares a los que da un marcapasos, que llegan al
corazón a través de catéteres introducidos en él para mantenerlo
a una frecuencia determinada, estudiar sus propiedades eléctri-
cas, provocar taquicardias o interrumpirlas.
Fluoroscopia (radioscopia): sistema de rayos X que permite ver
en tiempo real y de forma continua una proyección radiográfica
de una zona de un paciente en un monitor. En cardiología inter-
vencionista se usa para ver la posición y el movimiento de los
catéteres en relación con la posición anatómica del corazón.
Generador de radiofrecuencia: aparato que produce corrientes
de radiofrecuencia que, a través de un catéter de ablación, llegan
al tejido cardíaco y producen calor en la zona de contacto, permi-
tiendo quemar de forma controlada y localizada zonas clave para
el origen o el mantenimiento de las taquicardias.