451
LA GENÉTICA CARDIOVASCULAR Y SU UTILIDAD EN LA PREVENCIÓN DE LA MUERTE SÚBITA CARDÍACA
produce una proteína truncada (proteína del tamaño más
pequeño no funcional). No obstante, deben existir otras
mutaciones en el gen de la placoglobina, o en otros genes,
que podrían estar implicadas en la enfermedad de Naxos,
ya que en nuestro laboratorio hemos descrito reciente-
mente a un paciente con características fenotípicas de la
enfermedad de Naxos pero que no mostró la delección TG
en 2157 del gen de la placoglobina.
Existe una variante de la enfermedad de Naxos: el
síndrome de Carvajal. Esta patología cursa asimismo con el
fenotipo de pelo lanoso y la queratosis palmoplantar pero,
a diferencia de la enfermedad de Naxos, se asocia a la car-
diomiopatía arritmogénica del ventrículo izquierdo, si bien
puede ser también biventricular, y su transmisión genética
es autosómica dominante. El síndrome de Carvajal se ha
asociado a mutaciones en el gen que codifica la expresión
de la desmoplaquina, otra proteína que también está inte-
grada en el desmosoma.
Cardiomiopatía hipertrófica familiar
La cardiomiopatía hipertrófica familiar es la enfermedad
que hace que la pared del ventrículo izquierdo se vuelva
muy gruesa, lo que dificulta la contracción y luego la rela-
jación del ventrículo. El espacio dentro de la cámara se
reduce por el grosor del músculo y resulta tan limitado
que la sangre que puede fluir al ventrículo izquierdo es
muy poca. La válvula (compuerta) entre la aurícula y el
ventrículo izquierdos es presionada hacia un lado por
el músculo ventricular agrandado. Por esta razón, la vál-
vula no puede abrir y cerrar correctamente, y las puertas
(valvas) de la válvula y la pared engrosada del ventrículo
impiden el bombeo de la sangre hacia el exterior del cora-
zón. La muerte súbita cardíaca asociada a la cardiomio-
patía hipertrófica, enfermedad genética de transmisión
autosómica dominante, no está necesariamente causada
por la arritmia ventricular.
La cardiomiopatía hipertrófica se caracteriza por
una gran heterogeneidad genética. Sin embargo, todos
los genes asociados a esta enfermedad codifican proteínas
que forman parte del aparato contráctil de la célula mio-
cárdica. Las alteraciones genéticas más frecuentes se han
asociado a mutaciones en los genes que codifican proteí-
nas del filamento grueso del aparato contráctil (la cadena
pesada de la miosina, las cadenas livianas esenciales y
reguladoras y la proteína C de unión a la miosina), y del
filamento delgado (troponina I, T, C, alfa-tropomiosina y
actina cardíaca).
Utilidad de la genética en la prevención
de la muerte súbita
La medicina avanza y, por supuesto, también lo hace la
cardiología. Cuando a nivel molecular los investigadores
descubren un resultado interesante, el primer elemento
con el que topan es el escepticismo de su aplicabilidad,
lo que en gran medida dificulta su traslación a la práctica
clínica. Sucede algo muy similar en el área de la genética.
Algunos investigadores y cardiólogos la apoyan, si bien
también existe un gran número de escépticos, algo que
muchas veces incluso sucede por desconocimiento real
de lo que supone su aplicación. En el área cardiovascular,
y más concretamente en las patologías arritmogénicas
(también denominadas cardiomiopatías y canalopatías),
el estudio genético debería ser primordial, teniendo
en cuenta, además, que su coste tampoco es muy ele-
vado, ya que puede llegar a salvaguardar una vida. Como
ejemplo se llevó a cabo una aproximación sobre el coste
de la identificación del síndrome de Timothy, la forma
más letal del síndrome de QT largo. Los pacientes que
sufren este síndrome comparten una mutación en un
gen que codifica un canal de calcio, el CACNA1. Su iden-
tificación genética cuesta aproximadamente cien euros y
su exactitud es cercana al 100%. Teniendo en cuenta que
la identificación de la mutación tiene una implicación en
el pronóstico, que la ausencia de la mutación excluye la
presencia del síndrome y que se pueden realizar diag-
nóstico prenatal y screening familiar, la valoración de
su identificación es realmente rentable. Bien es verdad
que en otras patologías arritmogénicas, su identificación
genética es más costosa económicamente y son muchas
más las mutaciones que pueden producirse (a veces son
miles las mutaciones posibles, como sucede en el caso
de la miocardiopatía hipertrófica). Además, en ocasiones
el conocimiento genético de la enfermedad es más limi-
tado, y la ausencia de las alteraciones genéticas cono-
cidas no puede descartar completamente la presencia
de la enfermedad. En este sentido, uno de los objetivos
principales en el QT largo y la cardiomiopatía hipertró-
fica familiar es identificar, desde el punto de vista gené-
tico, el mayor número de pacientes para comprender las
implicaciones diagnósticas funcionales y pronósticas de
cada mutación.
Un problema presente en el estudio genético del
QR y de la cardiomiopatía hipertrófica familiar es la con-
tinua identificación de nuevas mutaciones en los genes
asociados a la enfermedad.