2 2 LAS PARTÍCULAS ORIGINALES
El universo, está formado por átomos que a su vez contienen en
su interior otras partículas más pequeñas, a su vez estas partículas
están formadas por otras partículas que no están formadas por
ninguna partícula, por eso, estas partículas últimas podrían
definirse como las partículas originales que forman el cosmos.
Cuando el universo comenzó, en teoría solo existía la nada, pero
como la nada no puede existir por sí sola es necesario que exista
el algo como forma de justificar su existencia, esto significa que
tanto la nada representada por el vacío, como el algo representado
por la materia han existido siempre, ambos se necesitan el uno al
otro porque no puede existir solo el vacío o solo la materia, tienen
que existir los dos siempre, porque es mediante su contraste y
comparación como se evidencia su existencia.
Esta realidad metafísica existe dentro de cada partícula elemental,
porque en su interior solo hay vacío y en su exterior solo hay
materia, o dicho de otra forma, si vamos hacia su interior nos
encontraremos con una superficie esférica con la que chocaremos
como evidencia de la existencia de la partícula material, pero por
dentro de esa esfera solo hay vacío ya que no está compuesta de
otras partículas, por lo tanto, que esa partícula sea considerada
vacío o sea considerada materia puede depender de si la dirección
se plantea hacia dentro o hacia fuera. Estas partículas no están
compuestas por otras partículas y son indestructibles, pero pueden
dividirse por su propia voluntad para formar seres más complejos
formados por partículas conectadas directamente. Eso significa,
que si estas partículas se separan de forma definitiva sin que
exista ningún vínculo de conexión directa entonces se crearán
seres diferentes, estos seres, aunque tengan pasados comunes a
partir de ese momento tendrán futuros diferentes hasta que
termine el ciclo cósmico y se vuelvan a reunir para formar de
nuevo la partícula original.