significa que también sean ambos necesarios o benignos, porque
en este caso el mal, solo representa aquello que por estar
equivocado es rechazable, por eso el bien, representa aquello que
por tener sentido es aceptable.
La explicación de todo esto es que en realidad el universo no
necesita del mal, que solo es fuente de sufrimiento, pero en
cambio sí necesita volver al principio y a la ignorancia para
poderse reciclar, pero, es a partir de esa ignorancia como se
genera el mal, por lo tanto, el mal no es necesario, pero si la
ignorancia de la que se deriva. Es decir que entonces el mal, es un
derivado accidental de la necesidad que el universo tiene de
regresar a la ignorancia para poderse reciclar. Porque el universo
necesita olvidar para poder comenzar de nuevo y es ese olvido el
que hace posible la ignorancia, pero la ignorancia en sí misma no
es mala, porque cuando olvidamos podemos volver a
emocionarnos con lo nuevo, sin embargo, recordar también es útil
para poder ascender en un proceso evolutivo, por eso, la clave
está en encontrar el equilibrio entre ambas situaciones. Por lo
tanto, no es la ignorancia en sí misma la que genera el mal, sino el
hecho de equivocarnos en nuestro camino y elegir aquellas
opciones que nos hacen sufrir, pero si esto ocurre, siempre
podemos aprender y no volver a hacer aquello que está
equivocado.
Se puede suponer entonces, que la confusión de aquellos que
piensan que el mal es necesario se produce porque confunden el
mal con la injusticia, porque mientras que la injusticia se
encuentra en el plano horizontal de la cruz de dimensiones que
representa aquello que sí puede tener sentido, en cambio el mal se
encuentra en la parte inferior en donde se encuentra aquello que
es rechazable siempre. Por lo tanto, la confusión se produce al no
comprender, que la injusticia puede tener sentido de forma
excepcional, pero aquellos que se plantean la injusticia como
norma de su conducta principal cometen un error que provoca una
antonio.p
(Antonio.P)
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