Cuando el mundo termine su actual proceso de evolución
tecnológica, todo ese conocimiento que en realidad es luz,
iluminara la mente de esos terminales que son los ciudadanos, y
entonces todos podrán entenderlo igual que si fueran ellos los que
lo hubieran creado, porque aunque las circunstancias de la vida o
sus limitaciones intelectuales no les permitan encontrar esos
conocimientos por sí mismos, sin embargo, sí estarán preparados
para comprenderlos y asimilarlos, siempre y cuando se les
explique correctamente.
Cada ciudadano es como un terminal, porque es imposible reunir
todo el conocimiento en una sola persona, por eso, cada uno tiene
solo una parte de ese conocimiento lo que da lugar a la aparición
de las especialidades, por eso, el conocimiento total de una
civilización solo se adquiere con la suma de los conocimientos de
todos los ciudadanos. Un filósofo en cambio intenta comprender
todo el conocimiento globalmente para descubrir aquello que las
ciencias tienen en común, pero eso, determina que solo pueda
hacerlo en sus aspectos genéricos, podría decirse entonces que su
especialidad es el estudio de los fundamentos metafísicos del
universo en general.
Para que un filósofo encuentre la luz es necesario que viva con
dignidad y justicia, porque la justicia y la luz están relacionadas, y
quien tiene la justicia como eje de su conducta también tiene la
luz como guía de su camino, esto es así, porque la luz lleva al
conocimiento. Porque solo quien es justo encuentra la paz
necesaria para poderse concentrar al no tener que preocuparse por
las consecuencias de sus actos. Un justo puede progresar más en
la investigación científica que aquellos que no lo son, porque solo
se plantea obtener beneficios mediante los frutos de la ciencia y
no mediante conductas indignas, porque esas conductas,
provocarían conflictos con sus semejantes lo que reduciría su
capacidad de concentración y en consecuencia perjudicaría la
calidad de sus investigaciones. Tampoco debemos olvidar, que en
antonio.p
(Antonio.P)
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