Si analizamos la relación entre el castigo y la clemencia desde un
punto de vista bíblico, se puede decir en conclusión que no hay
contradicción entre el ojo por ojo que defendía Moisés y la
clemencia que defendía Jesús, porque cada uno de ellos defiende
la misma cosa, pero planteada desde puntos de vista diferentes.
Moisés, como jefe de su tribu, exigía el derecho de las víctimas a
ser indemnizadas en proporción igual al daño ocasionado, y a los
delincuentes les decía que la ley no va a descansar hasta erradicar
el mal en ellos. Porque el significado del ojo por ojo, es que solo
se puede erradicar el mal de la sociedad, cuando la contundencia
de la ley es igual que la violencia utilizada por el delincuente. En
cambio Jesús, hacía hincapié en la clemencia, porque la
contundencia de la ley solo debe buscar la justicia, pero nunca se
debe usar como pretexto para abusar del delincuente. Esto
significa que ambos tenían razón, pero cada uno lo planteaba de
forma distinta.
En los países con más éxito, suele ser más fácil que aparezcan los
psicópatas que en aquellos que no lo tienen, esto se debe, a que la
gente déspota cree que si su país tiene éxito entonces ellos
también lo van a tener en su ámbito personal, y piensan que eso
implica que puedan hacer todo lo que quieran sin preocuparse por
las consecuencias. Esto ocurre porque el optimismo, reduce la
distancia entre lo que creemos que podemos hacer y lo que
verdaderamente podemos hacer. Cuando las personas vanidosas
escuchan esas noticias sobre lo grande que es su país y que nadie
le puede vencer, piensan que hablan de ellos mismos, y creen que
si eso es cierto es por ellos, así que si ya eran vanidosos y
prepotentes con anterioridad, al oír esas noticias su arrogancia se
incrementa hasta abandonar toda conducta juiciosa. Esto no
habría ocurrido, si desde la niñez sus padres y los sistemas
educativos se hubieran preocupado de ofrecerles una enseñanza
moral.
antonio.p
(Antonio.P)
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