los navíos, y ser pasajera la Virreina Doña María Toledo. En donde
muchas veces franceses roban y queman un pueblezuelo de españoles
que está allí. Hay un pueblezuelo de españoles, pequeño, tienen las
casas de tabla y la Iglesia también, hay una casita de nuestra orden
también muy pobre, de tablas, donde hallaron dos religiosos... no
tuvieron que les dar de comer sino casavé y aji y algunas frutas de la
tierra, entre las cuales, la más principal es la piña (origen del nombre
del poblado de Piñales), su olor y sabor nos pareció de melones pasados
de maduros y asados al sol; trajérannos también plátanos; son una fruta
larga... casi como la muñeca de gordos y en los extremos casi parecen
morsillas atadas... pero al principio éramos fruta muy asquerosa,
parecía en la boca como unguento, o cosa de botica; trajéronnos
también guayabas... a las que vienen de Castilla les yede a chinches...
batatas, esto son raíses que se crian debajo de la tierra como nabos
algunas son blancas, otras coloradas, comense asadas y cocidas, tienen
el sabor en nada diferente a castañas asadas y de raiz... el casavé es el
pan común de esta tierra y de raíz... y echan mazorca debajo de la
tierra y aquella mazorca es ponzoña que mata, pero con unos
cocimientos hacen miel de ellos y vinagre; sacado el sumo, queda como
acerraduras de tablas y después de curadas echanlas en un gran plato de
barro sobre el fuego y finalmente se cuaja y se hace como una tabla...
es pasadero mojado en leche o en cocina... ello es muy ruin comida y
hincha mucho y sustenta poco... la comida de los naturales de ella era
de este pan con axi, que llaman en Castilla pimienta de las indias
desleída en agua y aun con esta pasan los españoles que no tienen más,
aunque ya tienen tanta carne que no vale una vaca más que un ducado,
que es el valor del cuero”. “Con lo que más nos holgamos fué con
mucha agua, que trajeron tanta, que bebíamos sin taza y nos labávamos
con ella el rostro y dábanos a los que no tenían. Luego aquella noche
alzaron velas y navegamos hasta el lunes en la noche...”
Bibliografía:
Sepúlveda Carrero, J. N. (1992). Aymaco y el encuentro de Boriquén.
San Juan, P.R.: Imprenta Ramallo Bros., Printing, Inc. Pp. 277.
Tió, A. (1961). Nuevas Fuentes para la Historia de Puerto Rico. San
Germán, P.R.: Ediciones de La Universidad Interamericana de P.R. Pp.
212-213 y 230.
Habitantes de San Germán en 1548
Al Emperador:
Puerto Rico: Obispo Bastidas - 1 de Septiembre de 1548
Vine de Santo Domingo a visitar mi obispado a principios de
año. Desembarqué en San Germán y con provisión de la Audiencia hice