Una vez que los delitos derivados de la necesidad hayan quedado
descartados, solo quedarán los delitos derivados de la vanidad,
para solucionarlo, el estado deberá mandar un mensaje claro a la
sociedad para que sepa que ningún delito puede quedar impune,
es decir que las condenas estarán diseñadas con el fin de
favorecer que los ciudadanos no deseen recurrir al delito. Eso
significa, que aquellos que cometan un crimen premeditado
tendrán como castigo la pérdida de su propia vida, esto no
significa que se les vaya a ejecutar necesariamente, pero tendrán
que vivir y trabajar en prisión por el resto de su vida para pagar
todos sus gastos e indemnizar a sus víctimas. Lógicamente, en
esta sociedad existiría la reinserción, pero aquellos que quitan
una vida, es justo que paguen con la suya o pierdan su libertad
durante el resto de su vida.
En mi opinión, para aquellos que han cometido un crimen de
forma premeditada solo existen dos opciones razonables, una es
la pena de muerte y otra es la cadena perpetua, esto debería ser
así especialmente para los asesinos en serie. La ley debe ser
especialmente dura con aquellos que han cometido un crimen
con la intención premeditada de hacer un mal, pero, sin
embargo, puede ser más benevolente con aquellos que hicieron
un mal creyendo que hacían un bien, o quienes lo hicieron
engañados pero sin albergar maldad en su corazón.
En realidad, la posibilidad de condenar a muerte a los criminales
no es una opción descartable necesariamente y tampoco se
puede considerar injusta ni desproporcionada porque ellos,
antes, han quitado la vida a otra persona. En el caso de usarse,
sería útil para reducir la cantidad de personas ingresadas en las
prisiones, también serviría para reducir los costes del estado, en
el supuesto de que los presos no llegasen a amortizar los gastos
con su trabajo. Otra ventaja es que se mejoraría el ambiente
antonio.p
(Antonio.P)
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