lo que quiero decir es que en muchas ocasiones la ley no se
diseña para hacer justicia, sino para defender los intereses
egoístas de los políticos. Por eso, la sociedad debería exigir que
se modifiquen todas las leyes que ponen los intereses de los
criminales antes que los de las víctimas.
En las penas de prisión, lo ideal sería que las reducciones de la
condena por buen comportamiento o por trabajar en prisión no
pudieran superar nunca el veinte por ciento del total de la
condena, porque trabajar en prisión no debería ser una elección
sino una obligación excepto en aquellos casos en que los reclusos
paguen los gastos de su propio bolsillo. También debemos tener
en cuenta, que el hecho de tener un buen comportamiento en
prisión (donde los presos son vigilados), no implica tener buen
comportamiento en libertad (donde no lo son), y son muchos los
asesinos y violadores que después de ser liberados han vuelto a
reincidir porque saben que sus víctimas van a estar
desprevenidas, por eso, cuando un delincuente recibe una
condena la ley debe asegurarse de que la cumpla, al menos en su
mayor parte. La verdad, es que muchos gobiernos han usado el
argumento del buen comportamiento en prisión como pretexto
para liberar a los criminales demasiado pronto con el fin de
ahorrarse los gastos que generan y todo por la falta de voluntad
que tienen para hacerles trabajar en prisión. Otras veces la falta
de proporción entre la gravedad del delito y la escasa severidad
del castigo se debe al temor de los políticos a ser castigados por
sus propios delitos y por eso, optan por reducir los delitos a
todos los criminales. Eso demuestra, la escasa o nula
consideración que quienes hacen estas leyes tienen hacia los
ciudadanos. Aplicando este sistema, en el futuro los delitos
graves terminarán por desaparecer y la humanidad logrará una
gran estabilidad social.
antonio.p
(Antonio.P)
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