conocimientos se encuentran en el interior de todas las cosas,
porque todo lo que está bien hecho ha sido construido en
consonancia con las verdades universales y por lo tanto contiene
esas verdades en su interior. En realidad, todo el universo ha
sido construido en consonancia con estas verdades, por lo tanto,
la clave es lograr conectar con esas claves para poder deducir las
partes de esa verdad que nos cuesta más encontrar. Para lograr
la inspiración, el filósofo debe tratar de ir hacia la fuente de los
conocimientos evitando que la influencia del entorno y los
prejuicios de su época actúen como un escudo infranqueable
entre él y la verdad.
Aquellos que se interesan por la filosofía, necesitan alcanzar un
cierto grado de aislamiento y la tranquilidad necesaria para
poder detectar cuáles son esas leyes que se encuentran fuera del
tiempo con el fin de poder usarlas para mejorar su propia vida y
la de los demás. Estas leyes están fuera del tiempo y no cambian
nunca, porque están basadas en la verdad. Estas leyes son fijas y
constantes, porque no se pueden contradecir a sí mismas. Para
detectar esas leyes constantes, aislarse del entorno es lo ideal,
porque en esa situación el filósofo se queda estático con su
cuerpo pero no con su mente. Esto es necesario, porque al
ponerse en la misma situación de reposo que tienen las leyes
que quiere descubrir, se adquiere la capacidad de entrar en
sintonía con ellas. Algunos filósofos de la India se dieron cuenta
de esta circunstancia y por eso, en la actualidad existe una
representación teatral donde se trata de enseñar que para poder
comprender el mundo es necesario que el cuerpo permanezca
inmóvil mientras los ojos, que también representan la mente del
filósofo, están en movimiento.
El tiempo y las leyes constantes forman una dualidad
compenetrada de forma indefinida, pero el tiempo cambia sin
antonio.p
(Antonio.P)
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