dediquemos a la vida material, porque si no fuera por todo
aquello que representa la dimensión horizontal como la
reproducción o el trabajo no podríamos construir ciudades, y
tampoco tendríamos la compañía que nos proporciona la pareja
y los hijos. Todas esas ocupaciones en realidad nos entretienen y
llenan nuestra vida y si no las tuviéramos las tendríamos que
buscar, es decir que la meditación es buena y necesaria, pero lo
correcto es que solo ocupe una parte minoritaria de nuestro
tiempo. Sin embargo, si no somos capaces de comprender la
dimensión vertical, entonces tampoco podremos extraer el
máximo valor de cada cosa, porque la meditación, lo que hace,
es ayudarnos a descubrir el significado profundo de las cosas. Es
decir que la dimensión material crea los cimientos sobre los que
construir la civilización y la dimensión espiritual nos enseña a
extraer el máximo beneficio de todo lo que nos rodea.
Pero el hombre, cuando es materialista, solo reconoce la
dimensión horizontal, lo que limita profundamente su capacidad
para ser feliz, porque no comprende que la única forma de estar
completo es dando el mismo valor a la dimensión masculina que
a la femenina o a la materia que al espíritu. El hombre que solo
valora lo material nunca llega a ser feliz porque la felicidad
procede de la sensibilidad que da el mundo espiritual, pero quien
es materialista es como si su alma fuese de piedra y no es capaz
de sentir nada por mucho dinero que tenga, por eso, las
personas déspotas tratan desesperadamente por conseguir más
dinero porque no comprenden que su problema no es una falta
de bienes materiales sino una falta de bienes espirituales. Ellos
no comprenden, que su problema se deriva de su falta de
humildad y dignidad. En el universo hay dos formas de riqueza,
una es la material que da el dinero y otra es la espiritual que
antonio.p
(Antonio.P)
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