que ese trabajo nos haga felices, pero no solo con el dinero que
obtenemos al hacerlo como la gente suele pensar, sino también
mediante el entretenimiento que se obtiene al realizar ese
trabajo. La intensidad del trabajo debe estar en consonancia con
la edad, por eso, después de los cincuenta años, lo ideal sería
reducir esa actividad a la mitad, esto podría equivaler a unas
cuatro horas diarias, después, conforme las cualidades físicas se
fueran perdiendo, el trabajo iría pasando de ser una actividad
productiva a ser solo un entretenimiento pero sin renunciar
nunca a que el producto del trabajo tenga un uso práctico en la
medida en que eso sea posible.
La percepción del mundo que nos ofrecen los sentidos es como
la piel de una manzana, y no podremos conocer lo que se oculta
en su interior si no nos molestamos por tratar de averiguarlo,
para conseguirlo debemos usar la mejor máquina que la
naturaleza ha creado que es nuestro propio cerebro. La clave de
esto, es que si bien el progreso de la ciencia y el tiempo crean
cambios sin cesar, las leyes universales que sostienen ese
universo son siempre las mismas y constantes con
independencia del tiempo y lugar. Esto es necesario, porque si
todo cambiara el universo no tendría lógica, por eso, es
necesario que existan leyes constantes para poder hacer cosas
diferentes, porque las cosas que cambian a su vez se apoyan en
esas leyes inamovibles que nunca cambian o que cambian muy
despacio. Las leyes universales más fundamentales nunca
cambian porque están basadas en la verdad, y como es lógico, la
verdad siempre será la misma con independencia del tiempo que
pueda pasar. Las leyes constantes estarían en la dimensión
vertical y las cosas variables en la horizontal, ambas en armonía
pero ambas opuestas.
antonio.p
(Antonio.P)
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