Yoga Journal Spain N.96 — Julio-Agosto 2017

(Greg DeLong) #1

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completemos, unifiquemos, superemos las limitacio-
nes y adquiramos una conciencia profunda.
Así que, queridos amigos, practicantes de yoga, la
tarea es ingente y hermosa.....

La práctica y vivencias profundas del yoga
Muchas personas me preguntan que cuál es mi
estilo de yoga y siempre les respondo que mi único
estilo o escuela es Yoga. No contentos con la
respuesta, me siguen insistiendo que si soy seguidor
de alguna línea en concreto: “asthanga yoga,
kundalini yoga, iyengar yoga, hatha yoga, yoga
egipcio, yoga taoista, yoga en sauna, yoga con
cerveza, yoga .....y la respuesta invariable es la
misma...yo solo practico YOGA.
De manera inconsciente y contradictoria, somos
practicantes de UNIDAD, pero caemos en las
mismas banalidades que se repiten en la sociedad y
el mundo que nos rodea. Así que esa actitud
unificadora, respetuosa y amable es más importante
que la misma técnica o método yóguico en sí, aun
siendo importantes todos los métodos y vías, que
también tendremos que cuidar. Así que mi estilo de
yoga es el yoga de la actitud y la conciencia, que, por
cierto es el yoga que deben observar todos los estilos
y escuelas de yoga. Pero no una actitud y conciencia
cualquiera, sino una actitud y conciencia profundos,
que nos haga pasar desde lo superficial y banal a lo
profundo y esencial que es lo que nos sumerge en Sat
Cit Ananda (el océano infinito de existencia,
conocimiento y felicidad auténticos).
Y para ello, algunas recomendaciones o
sugerencias:
Trabaja correctamente y saludablemente tu
cuerpo con las asanas de yoga, pero no las convier-
tas en una mera gimnasia corporal o una práctica
de estiramiento. Experimenta lo corporal y al
mismo tiempo lo anímico y psíquico de tu natura-
leza íntegra y no dividida.
Ábrete a la vivencia de lo profundo, pero experi-
menta al mismo tiempo tu cuerpo, tus sensaciones
lo vital de tu naturaleza humana y no te pierdas en
vivencias imaginativas y fantasiosas que no tienen
una conexión con lo real, concreto y humano.
Aunque sigas una línea y un método concreto,
no te esclavices ni limites y no hagas bandera de
nada, no pienses o digas nunca que “mi yoga es
mejor o más poderoso que los demás” porque
entonces te habrás colocado fuera del verdadero
yoga y estarás practicando egocentrismo más que
yoga. Recuerda que debes respetar el método y línea
que sigues y ser consecuente con ello; el método es
un medio y no un fin en sí mismo. Recuerda lo que
decía Rumi: “Las lámparas son diferentes, pero la
Luz es la misma”. No te quedes mirando la lám-
para, sino a la Luz que emite esa lámpara.
Ten siempre presente el siguiente mantra en
tu propia vida: Aum Tat Sat...Sé tu mismo,
sé lo que verdaderamente eres, sin disimulos o
apariencias, ten criterio propio y desarrolla el
sentido común.

El practicante de yoga es un científico
y también un sabio
Este es el objetivo que hay que desarrollar en nuestro
propio proceso vital: desarrollar la ciencia y la
sabiduría en nuestra individualidad. Es decir, utilizar
una mente concreta y un intelecto sanos para
conocer el porqué de lo que nos ocurre pero, al
mismo tiempo, no quedarnos atrapados en esos
meros sofismas y abrir las puertas a una visión más
profunda y más superadora de los límites que la
propia razón nos instaura. No se trata de matar la
razón o matar la mente intuitiva o silenciosa, sino de
ponerlas en contacto y que se ayuden mutuamente y
nos ayuden a tener una visión más completa de
nuestra propia existencia. Mente y corazón deben ir
de la mano, ciencia y religión, racionalidad y
sensibilidad, concreción y el asombro hacia lo no
conocido o vivenciado.
El verdadero yogui, entonces es un artista, un
científico, un místico, un asceta, un hatha yogui, un
bhakti yogui, un ecologista interior que cuida del
medio ambiente interno y un ecologista exterior que
cuida de los demás y del mundo que le rodea.

El yoga como entrega y servicio a la vida
Toda ciencia y espiritualidad son verdaderas porque
están al servicio de la vida y colaboran para desa-
rrollar y dignificar la vida. Esa unidad entre ciencia
y misticismo benefician enormemente a los seres
humanos y a la vida en su totalidad.
No hay ciencia, misticismo o yoga verdadero, sino
son para ese mejoramiento del ser humano y del uni-
verso en torno. Y ese es el verdadero poder del yoga:
que une, asemeja, rompe las fronteras y nos hace
comprender que tú y yo no somos diferentes, que
estamos unidos y que somos lo mismo.
Un practicante de yoga egoísta es un ser humano
egoísta que práctica yoga, pero no el yoga esencial.
Un practicante de yoga consciente, amable y amo-
roso que comparte, es un ser humano que vivencia el
yoga esencial y que se da cuenta de que no hay nada
más poderoso que ese compartir y nada más alenta-
dor y clarificador.
No te pases la vida practicando yoga y mirándote
al ombligo...mira a tu alrededor, toma conciencia de
ti mismo y del mundo que te rodea y toma la firme
decisión de “no descansaré hasta que supere mis
propias limitaciones y desconocimientos y hasta que
todos los seres vivos puedan superar su sufrimiento,
ignorancia y aflicciones y encuentren sabiduría y
felicidad auténticas”. Y Eso es : verdadera ciencia,
verdadera espiritualidad y verdadero Yoga.
AUM TAT SAT

mayo-junio 2017

revistayogajournal.net

Juan Ortiz
Director de la Escuela de Yoga Dhyana
http://www.yogadhyana.com
Autor del libro: Yoga para la vida.
Yoga para la realidad.

La mente
es la trampa,
pero también
la mente es
la ayuda.

Opinión
JUAN ORTIZ

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