El Mundo - 08.11.2019

(vip2019) #1

EL MUNDO. VIERNES 8 DE NOVIEMBRE DE 2019
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MUNDO


«Traidores», «enemigos», «mentiro-
sos», «rendidos»... Las amenazas a
parlamentarios, el discurso del odio
que ha desencadenado la batalla del
Brexit y la retórica incendiaria de
Boris Johnson han encendido las
alarmas en Westminster. En el caso
de las mujeres y de quienes perte-
necen a minorías étnicas, la situa-
ción se vuelve especialmente «des-
proporcionada», provocando un éxo-
do femenino que ha hecho saltar las
alarmas en Westminster y que ha

resultado en la jubilación más que
anticipada de un buen número de
parlamentarias.
Son ya 18 las mujeres que han
anunciado que no seguirán en la pró-
xima legislatura sin que sea, como
en el caso de la mayoría de los hom-
bres, tras haber tenido una larga ca-
rrera en la Cámara de los Comunes.
El desgaste desde el referéndum pa-
ra la salida de la UE en junio de 2016
ha sido enorme para políticas que
cada día se despiertan con amena-
zas de violación y contra su propia
vida en redes sociales y en persona.
Entre ellas, figuran nombres tan im-
portantes como el de la conservado-
ra Amber Rudd, que sonó este vera-
no para el liderazgo tory, o la minis-
tra de Cultura, Nicky Morgan.
Según Harriet Harman, que fue
una de las candidatas a suceder a
John Bercow, hay diputadas que se
han visto forzadas a mudarse, a con-
tratar seguridad privada e incluso a
no poder salir a correr al parque o a
caminar solas por la noche por la
gravedad de las amenazas contra
ellas. Por amenazar a Anne Soubry,
conservadora pro Remain, con qui-
tarle la vida, a su acosador tan sólo
le impusieron trabajos comunitarios.

El inicio de la escalada de violen-
cia contra las parlamentarias se dio
con el asesinato de la laborista Jo
Cox en 2016. Fue apuñalada y tiro-
teada por un radical de extrema de-
recha, una tragedia que no deja de
recordarles que las amenazas pue-
den abandonar rápidamente el ano-
nimato de las redes y convertirse en
realidad. Desde entonces, y tras la
advertencia a comienzos de año de
la jefa de la Policía Metropolitana de
Londres, Cressida Dick, por el «au-
mento considerable» de las amena-
zas, la situación ha ido a peor.
En 2017, el número de delitos co-
metidos contra diputados fue de 151,
mientras que en 2018 esta cifra se
duplicó y alcanzó los 341. Estas ci-
fras sólo reflejan aquellos que fue-
ron denunciados, sin
que se hayan contabi-
lizado los cientos y mi-
les de mensajes inti-
midantes que algunas
reciben casi a diario.
«Muchas son muy rea-
les, hay personas acu-
sadas de enviar ame-
nazas y otras que in-
cluso han llegado a
planear el asesinato
de un diputado», ex-
plica Alice Lilly, inves-
tigadora del Institute
for Government.
«No hay ninguna
duda de que las mujeres y las mi-
norías étnicas constituimos un gru-
po al que maltratan mucho más
que al de los hombres, pero ellos
también lo sufren, sean de la ideo-
logía que sean», aseguraba en la
CNN la laborista Tracy Brabin, que
ocupó el escaño parlamentario de-
jado por Cox. «Mi familia está preo-
cupada, pero creo que un rayo no
impacta dos veces en el mismo si-
tio y que si me escondo ganarán
ellos. Si ven que me afecta, será un
imán para recibir más acoso por-

que me convertirán en una vícti-
ma». Para Brabin, y para una parte
de la Cámara, todo esto tiene su ori-
gen en la elección de Johnson como
premier. El lenguaje que ha utiliza-
do desde que ocupó el cargo de pri-
mer ministro ha estado repleto de
una dureza que ha legitimado y ali-
mentado los mensajes de odio ha-
cia sus «enemigos» políticos, espe-
cialmente desde que le obligaron a
desterrar la posibilidad de un no
acuerdo a través de una ley.
«En las últimas semanas, todo es-
to se ha recrudecido y por primera
vez hemos tenido llamadas amena-
zantes, gente diciendo que me iba a
tirar por las escaleras, que me iba a
atropellar. Pero no tengo miedo. In-
tento no tomármelo demasiado en
serio», apunta ella. El
aumento de la tensión
ha llevado a algunas
de sus compañeras a
alejarse de un mundo
que cada vez necesita
más seguridad, como
demuestra el incre-
mento del gasto par-
lamentario en este
área, que pasó de tres
millones de euros en
2016-2017 a casi cin-
co millones en el si-
guiente año.
Por eso, se ha lan-
zado una iniciativa
dentro de Westminster a la que ya
se han sumado los partidos mayo-
ritarios para «detener la maldad» y
llevar a cabo una «campaña desde
el respeto, que evite el odio y que
promueva la compasión». Diane
Abbott, la ministra del Interior la-
borista y destinataria de casi la mi-
tad de los tuits ofensivos que se en-
vían a los políticos británicos, ha pe-
dido que se acabe con el anonima-
to en redes para poder erradicar un
problema que crece con cada con-
vocatoria electoral.

Un Parlamento


hostil para


las diputadas


Dos decenas de parlamentarias abandonan su


carrera en Westminster tras recibir amenazas


de muerte y violación en plena lucha del Brexit


POR ALBERTO MUÑOZ


LA MIRADA DEL
CORRESPONSAL

REINO
UNIDO
Londres

AUMENTO
DESDE 2016.
En ese año, la
laborista Jo Cox
fue asesinada. En
la imagen, Nicky
Morgan sale del
número 10 de
Downing Street.
REUTERS.

rados por la española Iratxe García,
amenazan con un nuevo veto si no
se respeta el equilibrio. Francia tie-
ne ahora un hombre en vez de una
mujer, y si Rumanía hace lo mismo
no se garantizará la igualdad. Ruma-
nía, de hecho, es la responsable de
buena parte del retraso. Tras la caí-
da del Gobierno, el Ejecutivo en fun-
ciones no quería problemas legales
para designar a un sustituto o susti-
tuta, y ha esperado hasta tener una
coalición. Lo que ha ocurrido hace
apenas unos días.
Y desde luego, el gran factor de-


sestabilizador: Reino Unido. Las
reglas dicen que cada Estado
Miembro debe tener un comisario.
Reino Unido, que tenía previsto ir-
se de la UE el 31 de octubre, el
mismo día que acababa el manda-
to de Jean-Claude Juncker, no eli-
gió a nadie. Pero como la nueva fe-
cha de salida se ha fijado el 31 de
enero, en teoría debe poner un
nombre en el colegio. Así se lo pide
la alemana a Boris Johnson. Es
una ironía, porque nadie lo quiere.
Von der Leyen ya ha hecho el re-
parto de carteras, y el coste para
las arcas comunitarias puede supe-
rar el millón de euros.
Londres no quiere de ninguna for-
ma poner un comisario antes de las
elecciones del 12 de diciembre. De-
jaría en muy mal lugar a un primer
ministro que ya ha ido rompiendo la-
zos, que ha dejado a sus ministros y
diplomáticos al margen de muchas
reuniones europeas, pero que ha te-
nido que comerse una prórroga que
prometió jamás pediría ni aplicaría.
Johnson cuenta con un posible nue-
vo retraso en la Comisión hasta ene-
ro para no tener que hacerlo. Simul-
táneamente, Von der Leyen no quie-
re problemas, pero tampoco acabar
ante el Tribunal de Justicia o indig-
nar a los partidarios del Remain.
La guinda del pastel es que el pre-
sidente en funciones se operará de
un aneurisma aórtico la semana que
viene y estará de baja, dejando un
vacío de poder muy simbólico. Do-
nald Tusk dejará el Consejo en tres
semanas también, dejando en ma-
nos de Charles Michel la última
cumbre del año. Y Merkel, de salida,
está menos presente que nunca. Pa-
rafraseando al luxemburgués, la me-
jor vía, y probablemente la única, an-
te el desafío económico, geopolítico
y populista es dejarse de eslóganes y
centrarse en respuestas y soluciones.
Una a una y empezando por el cam-
bio de carteras.


Emmanuel Macron:


«Lo que estamos


viviendo es la muerte


cerebral de la OTAN»


Juncker estará de


baja por operación, lo


que deja un vacío de


poder muy simbólico

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