El Mundo - 12.09.2019

(Marcin) #1

EL MUNDO. JUEVES 12 DE SEPTIEMBRE DE 2019
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ESPAÑA
i


Pinchazo separatista


antes de la sentencia


La ANC congrega a 600.000 personas en la Diada, 400.000 menos


que el pasado año y la cifra más baja desde que arrancó el ‘procés’


VÍCTOR MONDELO BARCELONA
El independentismo emitió ayer un
jadeo antes de la sentencia del 1-O.
La ANC sólo logró congregar a
600.000 personas en la manifesta-
ción de la Diada, 400.000 menos
que en la edición de 2018, según el
recuento de la Guardia Urbana de
Barcelona. Nunca antes desde que
en 2012 arrancó el procés se ha-
bían congregado menos separatis-
tas para pedir la independencia de
Cataluña aprovechando la conme-
moración del 11-S.
La policía municipal de la capital
catalana siempre había ofre-
cido datos de asistencia muy
superiores. Habló de 1,5 mi-
llones de personas en 2012,
de 1,6 millones en 2013, de
1,8 millones en 2014, de 1,
millones en 2015, de 875.
manifestantes en 2016 –te-
niendo en cuenta que la Dia-
da se descentralizó en cinco
ciudades– y de un millón de
personas en 2017 y 2018.
El último grito del sece-
sionismo antes de conocer
el fallo del Tribunal Supre-
mo quedó ahogado por la
fractura interna de los par-
tidos promotores del refe-
réndum ilegal, que ni si-
quiera ayer, en plena Dia-
da, fueron capaces de
manifestarse unidos por
las calles de Barcelona pa-
ra reclamar la absolución
de sus compañeros de causa.
Fue la ANC quien expulsó, de
antemano, a las formaciones inde-
pendentistas de la cabecera de la
marcha como represalia por no ha-
ber pactado una estrategia común
para responder a una eventual con-
dena contra los 12 líderes del pro-
cés encarcelados. La entidad sepa-
ratista reservó la primera fila de la
manifestación, con epicentro en la
plaza España, a familiares de los

presos y fugados, testigos del juicio
del 1-O o abogados implicados en
la defensa de los procesados.
Infiltrados entre los manifestan-
tes, los miembros del Govern deci-
dieron poner tierra de por medio
entre ellos. Así, los partidarios de
la unilateralidad, con Quim Torra
al frente, se ubicaron en segunda
fila, inmediatamente después de la
cabecera. Junto al presidente de la
Generalitat protestaron el resto de
representantes de JxCat y los de la
CUP. Mientras que ERC se quedó
agazapada en el tramo 12, en cola,

para resguardarse de las encerro-
nas y reproches públicos de con-
vocantes y manifestantes.
Ni los republicanos ni los pos-
convergentes lograron evitar las
reprimendas. «Si ellos no se levan-
tan, nos levantaremos nosotros».
«Si la tenemos que armar, la arma-
remos». «Si los políticos no hacen
nada, lo tendrá que hacer el pue-
blo», clamaron los concentrados
aferrándose a los micrófonos de

TV3, antes de que, rebasadas las
simbólicas 17.14 horas, la presi-
denta de la ANC, Elisenda Paluzie,
implorara a los dirigentes de las
fuerzas independentistas «no de-
sarmar» el procés.
Admitió la líder de la ANC que
la concentración de ayer fue «la
más difícil» de todas las organiza-
das por su entidad. Reconoció Pa-
luzie «desánimo y desencanto por
las divisiones de los partidos políti-
cos» y justificó el pinchazo por la
ausencia de horizontes para un in-
dependentismo que anteriormente
se había manifestado antes
de la consulta del 9-N o el
referéndum del 1-O. «Aho-
ra no sabemos qué vamos a
hacer. Estábamos con todo
en contra», insistió antes
de exigir «unidad para aca-
bar lo que comenzamos».
Pero no obtuvo aclara-
ción alguna por parte del
Gobierno de la Generalitat
sobre cuáles son sus planes
para reaccionar a la senten-
cia. Como hiciera durante
su mensaje institucional,
emitido en la noche del
martes, Torra apostó por la
«desobediencia» y la «movi-
lización» contra la decisión
de los magistrados del Su-
premo. «Hoy se cierra una
etapa y se empieza a res-
ponder a la sentencia», sos-
tuvo el president, pero no
alcanzó a concretar cómo pretende
alentar esa protesta permanente,
en qué consistirán esos actos de
desobediencia, ni si los promoverá
desde el propio Ejecutivo catalán.
Más parco fue, si cabe, Roger
Torrent, el presidente del Parla-
ment, institución sobre la que To-
rra pretende que recaiga la apro-
bación de la estrategia a seguir
tras el fallo del Supremo. «Tene-
mos que buscar una mayoría am-

plia y ser capaces de encontrar
una respuesta», se limitó a expo-
ner el dirigente de ERC para con-
firmar que su formación afrontaba
esta Diada a la defensiva, con la
única intención de no perder tirón
electoral. No en vano los republi-
canos defienden la convocatoria
anticipada de elecciones autonó-
micas como la más conveniente
reacción al fallo del Alto Tribunal.

Así se explica, también, que su
jefe de filas, Oriol Junqueras, re-
cordara ayer desde la cárcel que al
contrario que Carles Puigdemont
se quedó en Cataluña y se personó
ante el Supremo tras declarar uni-
lateralmente la independencia.
La falta de unidad y asistencia
intentó ser suplida por el indepen-
dentismo con los ya recurrentes
ataques al Estado. Es decir, con la

Nadie advirtió a este cronista de que el des-
tino lo convertiría en crítico de Diadas. Ya
son muchas consecutivas, de forma que me
enfrío y comparto la dificultad de los militan-
tes para mantener la prosa en una tempera-
tura de excepcionalidad, la que se corres-
pondería con el brumario de nuestras vidas.

El amontonamiento de Diadas, cada una
de ellas aspirante a ser la histórica fetén,
se aprecia en una pequeña disfunción cro-
mática que ayer afectó al ya mítico mono-
litismo coreano de los happenings inde-
pendentistas. Había personas que, habien-
do pagado la camiseta de convocatorias
anteriores, prefirió amortizarla antes que
volver a invertir en la de este año. De for-
ma que, moteando el verde casi legionario
–un verde cítrico como de camiseta su-
plente del Barsa– que era reglamentario
en esta edición del 19, surgían destellos
amarillos y rojos que evocaban Diadas
pretéritas que, como la de ayer, creyeron
que iban a ser la última de la república
cautiva de España antes de su emancipa-
ción. Tantas Diadas definitivas hay que ya
existen camisetas vintage, como en el fút-

bol. Más benigno fue el tiempo. No sólo no
llovió sino que, en un día soleado, sopló
un viento perfecto para mantener las ban-
deras enhiestas, lo cual ha de agradar a
aquellas personas cuya relación con el
sentido de pertenencia se resume en
aquella frase pronunciada por las esposas
del destacamento de Fort Apache que ob-
servaban perderse en la polvareda a sus
maridos a caballo: «Sólo veo las bande-
ras». Ver sólo las banderas y su pringue
emocional y de terruño, no la ley, no a las
personas nacidas libres e iguales.
A mediodía, antes de que se saturaran
las calles que irradian de la plaza de Espa-
ña conformando una rueda de bicicleta,
los excursionistas de la independencia se
encaramaban al mirador que hay en lo al-
to del centro comercial en que han conver-

tido la vieja plaza de toros de Las Arenas.
A la sombra del viejo coso desventrado, la
de las 17.14 parecía una hora taurina reza-
gada. De una rejilla del metro surgía una
vaharada de aire caliente y una chica que
llevaba la estelada anudada a la cintura hi-
zo reír a los demás dejando que se le le-
vantara como a Marilyn. Menuda fantasía
erótica nacionalista: la estelada como po-
llera con tremendo tajo en la cadera del
tango. A veces petardeaba alguna Harley
abanderada de los motards independentis-
tas que habían salido en caravana de Vic.
Después, con la afluencia de gente, se les
hizo imposible circular y dejaron que sus
motos recostadas sobre la pata de cabra
fueran absorbidas por el gentío. Es curio-
so cómo, a un lado y otro del Ebro, van
surgiendo cuadrillas émulas de los Bikers

Este año, sí, la


‘última’ Diada


AL ABORDAJE


DAVID


GISTAU


EL ‘PROCÉS’, NOVENA EDICIÓN







  1. La Guardia Urbana ofreció ayer la cifra más
    baja de participación de las Diadas desde el inicio del
    ‘procés’ (2012). El mínimo eran los 875.000 de 2016.


1.000.



  1. La estimación de la Policía de Barcelona ha
    sido idéntica en las dos últimas ediciones. Supone un
    leve incremento respecto a 2016 (875.000 personas).


1.800.



  1. La Guardia Urbana cifró la asistencia en 1,
    millones de personas en 2014, la más alta nunca dada.
    Delegación del Gobierno habló de 500.000 personas.


Manifestantes independentistas, ayer, en la plaza España de Barcelona. J. MARTÍNEZ


DIADA 2019 LA MANIFESTACIÓN

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