EL MUNDO. LUNES 9 DE SEPTIEMBRE DE 2019
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MUNDO
En 1898, dos expediciones colo-
niales, una francesa y otra británi-
ca, chocaron en un punto perdido
en el mapa de África. París preten-
día comunicar, en horizontal, el
océano Atlántico con el Índico
uniendo por tierra los territorios
que ya gestionaba desde Senegal
hasta Yibuti. Para ello selecciona-
ron a sus mejores exploradores e
implicaron a todos los grandes pe-
riódicos de París para narrar la
gesta patriótica.
Londres, por su parte, quería un-
ir, en vertical y del Mediterráneo
hasta el Atlántico, sus posesiones
de El Cairo con Ciudad del Cabo,
en Sudáfrica. Esas dos líneas, la de
los franceses y la de los británicos,
convergían en Fachoda, una aldea
en medio de la nada en el actual
Sudán del Sur, a muy pocos metros
del Nilo blanco. Primero llegaron
los franceses, que colocaron la
bandera e informaron de su con-
quista. Luego llegaron los británi-
cos, que venían de vencer a las tri-
bus de El Mahdi, en Sudán, y en-
tendieron que tenían derecho a
esos territorios.
Por el miedo a desatar una gue-
rra entre ambos imperios, los fran-
ceses se retiraron, pero la realidad
es que tampoco los británicos fue-
ron capaces de unir ni por carrete-
ra ni por ferrocarril ambos mares
de costa a costa.
Ese viejo sueño de los colonos
europeos lo han conseguido este
siglo XXI los chinos. La China
Railway Construction Corporation
terminó el pasado julio el último
tramo de la red que aún faltaba
para viajar de Dar es Salam (Tan-
zania), bañada por el Índico, hasta
el puerto atlántico de Lobito, en
Angola. Los trenes que ya transi-
tan por esta vía pertenecen a la
compañía sudafricana Rovos Tra-
in. «Desde su primer viaje noctur-
no con un tren de siete vagones
hasta lo que entonces era el Trans-
vaal del Este, en Sudáfrica, Rovos
Rail se ha expandido exponencial-
mente y ahora ofrece ocho viajes
alrededor del sur de África con
más trenes que pueden acomodar
a 72 pasajeros», dicen en la com-
pañía, que eligió esta travesía en-
tre océanos para celebrar su 30
cumpleaños.
Rohan Vos, el dueño y director
de la compañía ferroviaria, asegu-
ra que su apuesta por ofrecer via-
jes como el Dar es Salam-Lobito
tardó mucho en florecer: «Perdi-
mos mucho dinero en los primeros
tiempos y no sabíamos nada sobre
cómo tratar a nuestros clientes y
sus necesidades. En mi ingenui-
dad, creía que lo que estábamos
ofreciendo era tan único que los
boletos se venderían fácilmente.
Me equivoqué. Tuvimos que apren-
der de los expertos».
Además, los chinos están muy
implicados en la construcción de
una red de autopistas conocida co-
mo Trans-African Highway para
unir las principales capitales del
continente de Dakar a Mombasa,
de Lagos a Argel y de Trípoli a Ciu-
dad del Cabo, toda una red de ca-
rreteras que impulsará el intercam-
bio de mercancías para muchas
economías emergentes.
El tren que une los dos océanos
tarda 15 días y atraviesa Tanzania,
Zambia, República Democrática
del Congo y Angola, visitando re-
servas animales, lugares históricos
y hasta una mina de cobre en el
inestable Congo. Tras la visita, to-
dos los pasajeros cenan en el tren,
que se pone en marcha hasta la si-
guiente parada.
«Se necesitaron más de dos años
para obtener todos los permisos de
las autoridades respectivas. Mi
equipo y yo hemos cruzado mu-
chas fronteras en varias ocasiones
para reunirnos con los funciona-
rios pertinentes, siguiendo la ruta
para suavizar el camino todo lo po-
sible para nuestra banda de intré-
pidos viajeros», comenta Rohan
Vos. El pasado día 16 de julio fue el
viaje inaugural, que también puede
hacerse a la inversa desde Lobito a
Dar es Salam. Su precio va de los
5.600 dólares por persona en un
compartimento Pullman a los
22.190 euros de la suite real. Tiene
24 horas de servicio de habitacio-
nes, lavandería, barra libre, médi-
co a bordo y un historiador a mano
para preguntar todas las dudas que
surjan en la travesía.
El Lobito-Dar es Salam es sólo
uno de los cientos de proyectos de
trenes que China planea construir
en el continente. Pekín, que sigue
invirtiendo grandes cantidades de
dinero en África, ya ha financiado
Los imperios británico y francés lo intentaron durante el siglo XIX,
uno de este a oeste y otro de norte a sur. Los dos fracasaron. Ahora,
Pekín acaba de hacer posible el viaje desde el océano Índico hasta el
Atlántico a bordo de un convoy de lujo en una travesía de 15 días
POR ALBERTO ROJAS
LA MIRADA DEL
CORRESPONSAL
China logra el sueño colonial de
unir por raíles las costas de África
más de 3.000 obras de infraestruc-
tura estratégica en África y ha gas-
tado decenas de miles de millones
de dólares más en forma de présta-
mos. Hace una década, China su-
peró a Estados Unidos para con-
vertirse en el mayor socio comer-
cial de toda África.
Los proyectos ferroviarios más
importantes pagados por el gigan-
te chino son el Mombasa-Nairobi
con locomotoras diésel, y el ferro-
carril Addis Abeba-Yibuti, el pri-
mer ferrocarril electrificado de es-
te tipo en el continente. Ambos
proyectos, que cuestan 3.400 millo-
nes de dólares para Etiopía y 3.200
millones para Kenia, están finan-
ciados por préstamos chinos e in-
cluyen estaciones modernas con
todos los servicios.
Existe además otro proyecto mu-
cho más ambicioso por parte de la
Unión Africana: unir esos dos mis-
mos océanos, el Índico y el Atlánti-
co, pero por su parte más ancha,
desde Dakar, en Senegal, al cuerno
de África, lo que implica un viaje
recorriendo todo el Sahel a través
de 10 países entre los que se cuen-
tan algunos de los más pobres del
mundo, esta vez pensado no para
una travesía de lujo sino para via-
jeros comunes que suelen despla-
zarse en viejos autobuses por ca-
rreteras imposibles.
El coste total rondaría los 30.000
millones de dólares y, cómo no,
China estaría detrás de todo el pro-
yecto. Para ello hay que prescindir
de los antiguos raíles coloniales,
que aún funcionan en muchos
puntos del continente, y construir
toda la red de nuevo.
FRENTE A LAS
CATARATAS
VICTORIA^
El tren Rovos
atraviesa los
parajes más
espectaculares
del continente,
como este en
Zambia. ROVOS
TANZAN.
ANGOLA
REPÚBLICA
DEMOCRÁTICA
DEL CONGO Dar es
Salam
Lobito
ZAMB.
MAD.