National Geographic Viajes - 09.2019

(ff) #1
Eso sí, es mejor evitar los fines de
semana, cuando las esperas en el
teleférico se hacen interminables.

Los volcanes fueron uno de los
objetivos de Alexander von Hum-
boldt cuando visitó Ecuador a
principios del siglo xix. El natura-
lista y geógrafo observó que esta
cordillera se divide en dos cade-
nas montañosas paralelas (orien-
tal y occidental) con una zona
más baja entre ellas, el callejón
interandino. Lo bautizó como la
Avenida de los Volcanes. Ese «ca-
llejón» es donde se asientan las
poblaciones y por donde discurre

la carretera Panamericana, que
comunica Alaska con Ushuaia, en
la Tierra de Fuego argentina.
Unos 50 km al norte de Quito la
Panamericana pasa por Otavalo,
lugar que también visitó Hum-
boldt, interesado en el volcán
Imbabura (4600 m). Esta es una
buena cima para aclimatarse, así
como el Fuya Fuya y las lagunas
de Mojanda. Aunque Otavalo es
una ciudad más conocida por su
mercado artesanal, quizás el más
grande de Sudamérica. Ponchos,
bolsos, alfombras, hamacas y go-
rros de telas multicolores nos re-
sultarán familiares, así como las

largas cabelleras negras de sus
gentes, los otavalos, presentes en
todo el mundo con sus artesanías.
Al sur de Otavalo, en la cordille-
ra oriental, Humboldt se alojó en
una casa de la hacienda Antisana,
un lugar que todavía conserva el
aire colonial de la época: techos de
paja, galería de entrada, grandes
ventanales de madera y paredes
encaladas de blanco. Todo con el
volcán Antisana (5758 m) de fondo
y en la reserva ecológica del mismo
nombre, un lugar de visita impres-
cindible. Pintag, cerca de la Pana-
mericana, es la última población
de paso hacia el Antisana. Allí se

Un encuentro de
chagras (vaqueros)
en Pintag.

VALENTI ZAPATER

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