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En la Plaza de la Revo-
lución, frente al Me-
morial de José Martí,
un grupo de músicos
graba un vídeo pro-
mocional bajo el sol
canicular. Los tran-
seúntes y turistas co-
mienzan a agruparse
en torno a los cuatro
músicos que sincronizados cantan: “En cada barrio,
en cada rincón de mi ciudad hay una historia que con-
tar”. Es la agrupación de Oderquis Revé y su Changüí,
que graba ahora un homenaje a La Habana en sus 500
años de fundación.
Estamos en la mítica Plaza de la Revolución con
las impresionantes esculturas del Che Guevarra y
Camilo Cienfuegos adornando la fachada de los edi-
ficios de los ministerios del Interior y de Informáti-
ca y Comunicaciones, respectivamente. “La Habana
para mí es nuestra guía para todo”, nos dice Revé, y
recalca que sus encantos y sus vecinos son la mejor
parte de la ciudad.
Hace 500 años nació bajo el sol del Atlántico norte
esta ciudad mágica, en la que se unieron los sueños y
las pasiones de los indígenas taínos y siboneyes, los
latidos de los tambores africanos, y los asimétricos
cantos chinos con la melodía de la guitarra española,
en una historia y musicalidad única, que es pura fu-
sión de culturas. Este mestizaje es la esencia del país
y de la ciudad, la cubanía que nos seduce a todos los
que visitamos La Habana.
La Habana Vieja
Después de 500 años la ciudad no es una sola, se han
formado muchas Habanas. La más visitada es La Ha-
bana Vieja, la de intramuros, la que fundó el conquis-
tador español Diego Velázquez de Cuéllar el 16 de
noviembre de 1519. La Habana Vieja con sus cuatro
plazas: Plaza de Armas, la del Palacio de los Capitanes,
llena de vendedores de libros y frondosos árboles; Pla-
za de San Francisco de Asís, donde se halla el edificio
de la Lonja de Comercio y la Aduana del Puerto; Plaza
de la Catedral, con emblemáticos edificios como la
misma Catedral o la casa del Marqués de Arcos, bajo
cuyos soportales una santera nos predice el futuro;
y la Plaza Vieja, la más heterogénea, con casas de los
siglos XVII hasta XIX. Desde esta plaza comenzó el
proceso de restauración de la ciudad en 1996, que se
extendió por las calles Mercaderes y Oficios hasta las
demás plazas, y es un gran ejemplo del proyecto so-
cial, cultural y urbanístico realizado por la Oficina del
Historiador, a cargo de Eusebio Leal Spengler, quien
logró salvar los inmuebles de la ruina dejando que sus
habitantes siguieran viviendo allí.
Completa el cuadro La Habana Vieja el castillo de
La Fuerza y la fortaleza San Carlos de la Cabaña, cons-
trucciones militares encaminadas a proteger la ciu-
dad de los ataques piratas, y que hoy son símbolo de
la misma. La Cabaña es sede de la Feria Internacional
E
E
andar La H.
, Havanna durchlaufen
canicular
, heiß, hochsommerlich
respectivamente
, jeweils
recalcar
, betonen
los taínos, los siboneyes
, karib. Ureinwohner
el latido
, Schlagen
la cubanía
, kubanische Wesensart
de intramuros
, innerhalb der Stadt-
mauern
frondoso/a
, dicht belaubt
emblemático/a
, bedeutend; prägend
los soportales
, Arkaden, Säulengang
la santera
, Priesterin/Vertreterin
der Santería (afrokuban.
Religion)
la Oficina del Historiador
, (etwa) Büro des
Stadthistorikers
a cargo de
, unter der Leitung von
la fortaleza
, Festung
encaminado/a a
, (hier) gerichtet auf, mit
dem Zweck
Mi rincón favorito
de La Habana es
el Morro Cabaña.
Desde ahí yo
puedo respirar
toda La Habana
Brenda Navarrete