ciones, los sentimientos y las necesidades de otros.^229 Es la chispa que detona la
solidaridad, la compasión y la reciprocidad humana.^230
Algunos autores opinan que la empatía se puede definir en términos
de una teoría multidimensional que incluye componentes afectivos y cogniti-
vos.^231 Los componentes afectivos están relacionados con sentir las emociones
de otras personas, mientras que los cognitivos se ocupan de la habilidad para
entender las causas de los estados emocionales de los demás.^232
En su dimensión cognitiva, posibilita el identificar y comprender como legí-
timas las necesidades y puntos de vista de otros, muchas veces contrarios a los
propios. Esto supone reconocer los prejuicios asociados a la diferencia, es decir,
ideas —principalmente negativas— sobre las personas que son diferentes a uno
mismo; ideas que separan, segregan o excluyen y que es necesario cuestionar para
que prevalezcan los aspectos positivos que se tienen en común y se valoren las dife-
rencias. En su dimensión afectiva, se entiende como compartir afecto y sentir en
uno mismo los sentimientos de los demás.^233 Esto significa despertar sentimientos
de interés y solidaridad, en especial hacia personas y grupos que sufren exclusión,
discriminación o cualquier forma de maltrato que vulnera su dignidad como seres
humanos. La empatía es por ello el motor que empuja a la acción, ya que implica la
asunción de la propia responsabilidad frente al otro y el compromiso de actuar para
restaurar su dignidad.^234 El reconocimiento, el respeto y el aprecio hacia uno mismo
y las demás personas se expresa, en última instancia, en prácticas de cuidado, las
cuales contemplan también la tarea inaplazable de asumir la responsabilidad por la
naturaleza, como compromiso que convoca a todos los seres humanos a partir de
la conciencia del sufrimiento de los animales y plantas que la conforman.
(^229) Véase Milicic, Neva et al., Aprendizaje socioemocional: El programa BASE (Bienestar y
Aprendizaje Socioemocional) como estrategia de intervención en el contexto escolar, México,
Paidós, 2014.
(^230) Véase Hoffman, Martin L, Empathy and Moral Development: Implications for caring and
justice, Cambridge, 2000, p. 3.
(^231) Véase Fernández Tueros, Irati, “Desarrollo de la empatía en edades tempranas”, Trabajo
de fin de grado en Educación Infantil, Bilbao, Universidad del País Vasco-Escuela Universita-
ria de Magisterio de Bilbao, 2015. Consultado el 30 de marzo de 2017 en: https://addi.ehu.
es/bitstream/10810/17631/2/TFG%20Irati%20Fern%C3%A1ndez%20Tueros.pdf
(^232) Véase Fernández-Pinto, Irene; Belén López Pérez y María Márquez, “Empatía: Medidas,
teorías y aplicaciones en revisión”, en Anales de Psicología, vol. 24, núm. 2, Murcia, diciembre,
2008, pp. 284-298.
(^233) Véase Or tega Ruiz, Pedro y Ramón Mínguez, La educación moral del ciudadano hoy, Bar-
celona, Paidós, 2001.
(^234) Véase Hoffman, Martin, “Empathy, social cognition, and moral action”, en Kurtines, Wi-
lliam and Jacob Gewirtz (eds.), Handbook of Moral Behavior and Development, Nueva Jersey,
Lawrence Erlbaum Associates, Publishers, 1991.