LIBRO RELATOS DE PAPANTLA II

(Lucía Laura Muñoz Corona) #1

y le pidió ayuda para desarrollar sus habilidades, Diego contestó que sí lo
ayudaría pero que todavía era muy pequeño, le dio una carta de recomendación
para el gobernador de Veracruz y años después la usaría para viajar a Xalapa.


Su padre lo apoyó con diez pesos para el viaje que hizo en enero y en ese
entonces hacía mucho frio en Xalapa. Habló con el secretario particular del
gobernador para que le ayudar a entregar la carta y al verlo tan joven, recuerda
que le dijo “entras con un grupo de campesinos que van a tratar asuntos agrarios y
después hablas”. Para sorpresa de todos tuvieron que esperar largas horas ya que
eran tiempos del carnaval de Veracruz, llegó a las 12 de la noche el gobernador y
tan pronto entró a su oficina, todos el grupo entró y con ellos, Teodoro. Trataron
sus asuntos, y al irse los campesinos, Teodoro estaba dormido y el gobernador
dijo “despierten a ese chamaco”, al tiempo que le preguntó “¿a qué habías
venido?” Al despertar con pena y sorpresa entregó la carta que Rivera le había
dado, antes de irse el gobernador le dijo “¿tienes dinero para tus gastos?” y
Teodoro por vergüenza contestó “no, gracias no necesito”. Pero poco tiempo
después al no tener dinero para comer ni dormir, se encontró con una paisana
llamada Rosita y con pena le pidió ayuda. Esta señorita le dio diez pesos y se
hospedo en el “hotel limón”, pero al ver que no le alcanzaba el dinero se fue a un
mesón, en done durmió cuatro largas noches en “el suelo”. Regresó a ver al
gobernador y le contó la verdad sobre su situación económica, quien de inmediato
lo ayudo con 200 pesos. Antes de terminar la plática con el gobernador, él
comentó, “te dije que si necesitabas algo y me dijiste que no”.


Posteriormente platicó con el Sr. José de J. Núñez y Domínguez y le solicitó
atentamente que lo ayudara para irse a México a ponerse en contacto con Diego
Rivera y así fue como entró en contacto nuevamente. Su padre lo llevó a Poza
Rica porque tenía un amigo que viajaba a México, quien aceptó llevarlo a vivir a su
casa en esa ciudad, esa persona era Valentín Gómez. Posteriormente se acercó a
Diego y por esos años el maestro Rivera estaba por irse al extranjero con una
beca, sin embargo, le dio las llaves de su estudio para que durante unos meses
pudiera hacer uso del mismo.

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