“Bordo todo el tiempo, porque en invierno a veces me pongo
a tejer, me aburrió el tejido, me pongo a bordar, me aburrió el
bordado, me pongo a hacer cualquier cosa, medias de
lana...”, cuenta con su sonrisa y sus ojos luminosos. Cuando el
reloj marca las cuatro de la tarde, un poco antes, un poco
después, se instala a bordar con luz natural. Le gusta sentarse
“De mis bordados
más queridos”