Mi dama blanca,
Qué de día o de noche si te tengo me
abrazas...
El toque de tu dedo afilado,
la esencia de tu fuego,
todo en tí me embriaga...
Te adentras y Acunas mis sentidos,
me meces en calma.
Te llevas mis dolores
hasta tierras lejanas...
La caricia de tu velo
en mi piel envenenada,
me arropas entre brasas
en esta noche helada.
-Déjeme Madre, aquí Soñar!
No me llevé a casa...
Qué veo a mi hija reír
sentada en una barca.
Juntos remamos,
y al horizonte está el Sol
su atardecer de color
nos Ilumina el rostro a los dos...
Ay! Mi niña querida...
Cuánto te quiero hija,
a veces te recuerdo
y te echo en falta.
Tengo frío...
Oh! Mi dama blanca...
Sin ti, el aliento me falta!
- Me Duele! Tengo Náuseas!
Duele mucho madre!
Su ausencia me mata!
Ayúdeme Madre! Y ves a buscarla.
Tráigame a mi dama!
A mí dama blanca,
envuelta en una papela,
sólo con eso en la vida me basta...