Al Norte se divisa una gran cordillera montañosa con cumbres nevadas. Al Sur un
caudaloso río con cascadas que desemboca al mar. Lo que llamó mi atención al
Oeste fue una región de lo que parecen islas flotantes. En el último punto cardinal,
es donde me encuentro.
La vegetación es espesa, los árboles son altos, sus hojas son de color rojo o
amarillo, la hierba es de un azul intenso, el mar es morado pálido, ya que refleja la
tonalidad del cielo.
Algo que me genera curiosidad es no ver ninguna criatura, todo es muy tranquilo y
callado.
Al adentrarme en el bosque me sorprenden pequeñas esferas brillantes que surgen
de la tierra, me rodean, luego desaparecen.
Las rocas, entre otras cosas parecen de cristal, cuando las alcanza la luz la reflejan
y devuelven en las más hermosas tonalidades.
Al caer la noche muchas de estas plantas son fluorescentes y resplandecen en la
oscuridad.
¡Es muy bonito!
Cerca de un claro, encuentro una figura recostada a un árbol, reconozco a Estela,
está acompañada por una criatura extraña.
Estela, ¡estás bien!
¡No, no lo estoy!
Brandon está muriendo, he recorrido todo el lugar en busca de una cura que no
puedo encontrar.
¡Tengo mucho miedo!
¡No quiero perderlo!
Entonces me abraza mientras sus lágrimas humedecen mi piel.
¡No entiendo lo que la muerte significa para ustedes!