EUMARIA

(AV) #1

comida en sus bocas. Caminaron en puntillas hasta la puerta intentando no
hacer ruido. Samuel vio a un hombre por la mirilla, y luego de susurrar la
descripción del sujeto, Morgan empezó a temblar.


—¡Es el detective que vi en Atle! —gritó aterrado y en voz baja.
—¿¡En serio!? ¿¡Y ahora qué haremos!? —preguntó Samuel
desesperado.


El detective volvió a tocar el timbre, pero como no recibió
respuesta, retrocedió y dio un vistazo rápido a la casa y al resto de la zona,
percatándose de que todas esas residencias eran muy similares; poseían dos
pisos, tenían pequeños jardines delanteros sin cercados, y caminos que
llevaban a las puertas principales. Cleman sonrió confiado al ver el aspecto
de una de las casas de alrededor. En ese momento empezó a caminar de
prisa.


—¿Tienes puerta trasera? —preguntó Morgan
—Sí, hay una que lleva al patio de atrás... —Samuel ya no veía al
detective por la mirilla—. Creo que ese hombre ya se marchó. ¡Huyamos!
¡Es nuestra oportunidad!


Ambos corrieron a la puerta de atrás, salieron e intentaron atravesar
el patio después de cerrarla, pero de repente Morgan vio a Samuel tirado en
el césped; el chico había sido derribado por Cleman, quien lo tenía
sometido contra el suelo.


—¡Saaaaaaaam! —gritó Morgan con desesperación.
El detective se incorporó e hizo una llave al cuello de Samuel con su
brazo izquierdo, mientras apuntaba a Morgan con la otra mano.
—¡Entrégate, muchacho! ¡Se acabó! —Cleman tenía firmeza en su
voz y lo miraba de forma intimidante—. ¡Todo terminó! ¡Entrégate!


—¡Es... Está bien, oficial! —exclamó Morgan haciendo gestos con
sus manos para intentar tranquilizarlo.


Algunos vecinos que veían lo que estaba ocurriendo, entraron
asustados a sus casas. El joven continuó rogándole.
—¡Solo!... ¡Solo déjalo ir!... ¡Ese chico es inocente!
—¡Cállate! ¡Eso está por verse! —exclamó Cleman mientras veía a
Morgan dar pasos al frente.

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